| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig o el don de la oportunidad para reforzarse en un contexto propicio

El president de la Generalitat tiene ahora una posición cómoda ante Pedro Sánchez al estar curtido en pactos con Podemos y con Compromís, un partido con simpatías por el nacionalismo catalán

| H. G. Edición Valencia

La rapidez de los tiempos que marca la vorágine política  ha provocado que el anuncio de Ximo Puig de optar a repetir como secretario general del PSPV-PSOE parece que haya quedado sepultado informativamente por las negociaciones y el pleno de investidura del líder de su partido, Pedro Sánchez. No obstante, el tema continúa generando debate interno en las agrupaciones socialistas. Y lo seguirá  haciendo si pasa la marabunta de política nacional y se vuelve la mirada a la autonómica.

Una de las cuestiones que más se reprocha al president de la Generalitat en ciertos cenáculos socialistas consiste en la falta de cumplimiento de su palabra, pues en el congreso de Elche de 2017 anunció que se presentaba por última vez. Dos años después, en diciembre de 2019, ya se ha desdicho. Esa contradicción provoca en algunos círculos de concejales de su partido el temor a que pueda tener un efecto sobre la marca y perjudicar incluso a primeros ediles en su tentativa de repetir. Que se produzca una repercusión a escala local, en definitiva.

El anuncio de esta decisión ha generado un breve escarceo argumental entre sus incondicionales, terstimoniados por el síndic, Manolo Mata, que no ha dudado en afirmar, respecto al líder del PSPV-PSOE, que "es un modelo de éxito y debe seguir", y la corriente ´abalista´, la más potente en la Comunidad Valenciana debido a la preeminencia de José Luis Ábalos desde su atalaya de secretario de organización nacional. Esta última ha pasado del "no es tiempo de congresos", de Mercedes Caballero, al "razonable" con el que lo ha calificado el propio Ábalos el deseo de Puig.

No obstante, la actualidad socialista y política está en el Congreso y la investidura de Pedro Sánchez. Cualquier otro tema queda solapado o relegado hasta mejor ocasión. Esta circunstancia juega a favor del president de la Generalitat, que ha anticipado su intento de repetir justo en un momento en que sus conmilitones andan sumidos en otras prioridades, sobre todo el citado secretario de organización, pieza clave en las negociaciones para sellar acuerdos con otros partidos políticos.

Ese hecho da más margen a Ximo Puig para reforzar su ya asentada posición. Además, otro factor que juega a su favor consiste en que, a diferencia de otros presidentes autonómicos, de sus declaraciones resulta poco probable que surjan reproches a Pedro Sánchez  por pactar con partidos independentistas o nacionalistas. Más bien al contrario. Puig puede ofrecer su experiencia en gobiernos sustentados en Podemos y en Compromís, una formación cercana en bastantes facetas a partidos nacionalistas catalanes. Como simple botón de muestra, su matriz, el Bloc, se integró en la Alianza Libre Europea, en 2013, junto a BNG y ERC.

El máximo responsable del PSPV-PSOE, por otra parte, ha mostrado, desde 2015, una especial sintonía con el conseller de Educación, el compromisario Vicent Marzà, impulsor de la expansión del valenciano y de un modelo de plurilingüismo que resta espacio al castellano en la educación. Puig promueve el uso de la lengua autóctona, como hacen sus homólogos catalanes o vascos con quienes Pedro Sánchez deberá entenderse en la nueva legislatura.

Por tanto, en este sentido tanto el president de la Generalitat como su homóloga socialista en Illes Balears, Francina Armengol, también curtida en pactos de izquierdas que incluyen a partidos de tintes nacionalistas, se asientan, en el nuevo escenario nacional, como dos de los líderes regionales socialistas que más cómodos pueden sentirse, a diferencia de los García-Page o Lambán, más alejados de estos socios de gobierno y críticos con el independentismo.

En este contexto, con su anuncio ya hecho, habiendo ganado las últimas elecciones autonómicas, con un secretario general de su partido que va a seguir su modelo de pactos y con un rival interno, Ábalos, centrado principalmente en asegurar esos pactos, Puig tiene, por ahora, el camino más expedito para revalidar su secretaría general.