| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Los Reyes Letizia y Felipe.
Los Reyes Letizia y Felipe.

El bochorno que los Reyes Felipe y Letizia pasaban con Corinna y Don Juan Carlos

Ahora nadie quiere recordarlo pero la periodista especializada en Casa Real es una "hemeroteca con patas" y hubo un tiempo en que unos familiares de Doña Sofía reían las gracias y otros no.

| Maribel Fernández Chismógrafo

Esta semana Pilar Eyre vuelve a ahondar en su blog de Lecturas en la época en la que Corinna protagonizaba la mejor versión de "amiga entrañable" del Rey Juan Carlos. Lejos, muy lejos de esa Corinna que ahora protagoniza los telediarios y los debates políticos en sus declaraciones oficiales contando lo "más grande" contra el Emérito.

En aquellos tiempos, rememora la periodista especializada en Casa Real, iba con la cabeza erguida y su "forma de moverse juvenil transmitía energía y alegría de vivir". Más aún, "bastaba que le dijera una frase a Don Juan Carlos para que este se pusiera a reír a carcajadas". Citando a la presidenta de una fundación que comió con el Rey y su amante escribe literalmente: "¡Nunca he visto a un hombre tan perdidamente enamorado!".

Recuerda también Eyre que fue en los premios Laureus de Barcelona cuando se empezó a sospechar que entre el Rey y la alemana había una relación seria: "Corinna ejercía de anfitriona, conocía los nombres de todos, departía con la Infanta Cristina e Iñaki, que la trataban con gran deferencia…".

Nada que ver con Felipe y Letizia que aunque tenían que "quedarse a dormir en Barcelona después de acudir a un acto en el que se mostraron incómodos, prefirieron regresar a Madrid" para no ver como "Corinna y Juan Carlos intercambiaban sonrisas y miradas cómplices".

Por entonces la Reina Sofía sufría en silencio enterada como estaba ya de la relación. No en vano, Corinna ocupaba una casita cerca de la Zarzuela, donde el Rey pasaba las noches, y el personal de la Casa la llamaba “la señora del pabellón”.