| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Cuánto durará el Consell

Los malos augurios -incumplidos- para el Botànic I venían de fuera. Para el Botànic II cada vez hay más políticos valencianos de izquierda que ven complicado que aguante cuatro años.

| Vicente Climent Edición Valencia

Partamos de la base -sustentada en las negociaciones previas- de que el Consell llegará a tener grietas mayores que las del primer Botànic. Hasta el punto de que podrían hacer aconsejable o inevitable el adelanto electoral (por estrategia presidencial o si en algún momento su partido tuviera que gobernar en minoría).

Con esa premisa, algunos observadores del ámbito 'compromisario' ven mayor riesgo de fricción en el seno de Unides Podem o en el del PSOE entre sanchistas y ximistas que en el de Compromís, en el que el desde hace años el movimiento mantiene a todas sus piezas en su sitio. El viejo símil de la bicicleta de la que nadie se cae si se pedalea.

Llama la atención que proclamen más fe en esa cohesión (otra cosa es lo que de verdad crean) desde la orilla de Iniciativa que desde la del Bloc, en donde los hay que reconocen como peligroso para el mantenimiento del actual estatus quo en la coalición naranja el empuje (¿potencia sin control?) de los jóvenes que encabezan Vicent Marzà y Àgueda Micó, presuntamente alentados por un Ximo Puig interesado en buscar contrapoderes internos a Mónica Oltra y en preparar pinzas con Podemos, como se ha visto en la negociación del Botànic II. A Compromís -ironías de la historia política valenciana- le quedaría como aliado, si vienen mal dadas, EU.

A pesar de los esfuerzos durante estos años de Oltra por centrar el discurso de Compromís en lo social -¿sustrato para el discurso de futuras plataformas nacionales?-, queda latente pero no superada por completo (al contrario de lo que cuentan desde Iniciativa) la relación de la coalición con el “nacionalismo”, que unos creen que “no vende” y otros reivindican como esencial.

Un detalle: durante el mitin central de campaña, Mónica Oltra hizo denodados esfuerzos por no salir en ninguna foto con algunos miembros de Compromís que lucían insignias con lazos amarillos. La conclusión para sus fieles es que “Oltra no preside la Generalitat por culpa del nacionalismo”.