Laporta se entromete y mete miedo para que Leo Messi siga adelante con su salida

Al FC Barcelona se le abre un nuevo culebrón mediático por culpa de esa manía de sus jugadores de no querer cumplir con los compromisos fiscales de la Hacienda pública española.

Después de la condena de 21 meses de cárcel y una multa de 3,5 millones del euros, al jugador argentino y a su padre les quedan pocas ganas de seguir paseándose por la Ciudad Condal por mucho que el Barça les ponga en bandeja de plata una renovación millonaria y todo su poder mediático para lavar su imagen. 

El mazazo ha sido duro, por eso el clan ha sopesado seriamente la opción de marcharse de España siguiendo los pasos de Dani Alves, que también debe unos cuantos millones de euros en impuestos a los ciudadanos españoles. Mascherano sabe bien de lo que hablamos porque él fue el primero que amagó con salir por piernas cuando vio que lo suyo con la justicia española no era ninguna broma. 

Messi se sabe vigilado y con unos antecedentes penales que no son cosa de risa. Es por eso que el plan que trazó su padre y representante hace unos días a bordo del impresionante yate del dueño del Chelsea, Roman Abramovich, cobra más sentido del que a priori se esperaba cuando hizo esa agradable visita. 

Según el rotativo inglés The Sun el motivo de la reunión en alta mar habría sido la posible incorporación del delantero a las filas del club de la Premier por un traspaso de 130 millones de euros y el pago de la cláusula de rescisión que actualmente el jugador tiene con el Barça: 250 millones. 

Apuntan desde Barcelona que Jorge Messi habría puesto sobre la mesa esta amenaza al club para hacer patente su enfado por "no arroparles lo suficiente". Un cambio de aires hacia una nueva localización donde la justicia no les "persiga" para que paguen, como ellos afirman, pondría de mejor humor al delantero después de su fiasco con Argentina y este revés judicial. 

Es lo mismo que opina el expresidente del FC Barcelona, Joan Laporta, que echa más leña al fuego acusando a la Abogacía del Estado de un "encarnizamiento" político, judicial y deportivo para que el mejor jugador del mundo "no continue en el Barça".