| 17 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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2017, el annus horribilis de María Patiño
2017, el annus horribilis de María Patiño

María Patiño toca fondo tras unos meses muy difíciles

El 2017 está siendo un año duro para la periodista. El día de Reyes falleció su padre, a quien estaba muy unida. Estaba bajo mínimos cuando decidió irse de vacaciones al paraíso.

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María Patiño es una de las periodistas más carismáticas del panorama rosa. Su vehemencia en pantalla hace que tenga una legión de seguidores. En lo profesional, ha tocado el cielo y ahí sigue. Muchos la dieron por muerta cuando acabó DEC. Se equivocó la paloma, se equivocaba. Telecinco llamó a su puerta y ahí está, como colaboradora en El programa de Ana Rosa, Sálvame, Sábado Deluxe y…

La periodista está muy agradecida a Antena 3 porque fue en esa cadena donde se hizo un nombre. Sin embargo, en Telecinco ha conseguido consolidarse en una faceta que siempre le ha gustado, la de presentadora. Que sustituyera a Jorge Javier al frente del extinguido Deluxe dio origen a muchos comentarios. Se habló de lo mal que María Teresa Campos encajó que desbancara a su hija. Sin embargo, la sangre no llegó al río entre Patiño y Terelu. La segunda reconoció que lo pasó mal al conocer la noticia pero aceptó. Antes de eso, ambas mantuvieron una conversación.

El 2017 empezó marcado por la tragedia para María. El día de Reyes su padre se fue de este mundo. Dos años luchó contra el cáncer de colon y aunque lo apostó todo, no pudo ganarle la partida a la muerte. Esa pérdida dejó tocada y hundida a la periodista. Se iba su roca, el hombre que siempre estuvo a su lado en los buenos y malos momentos. El más incondicional. Le faltaron las fuerzas pero llegó a la orilla empujada por los vientos de la resiliencia.

Al dolor de Patiño por la pérdida de su progenitor hay que sumar un año muy intenso en lo laboral. Aunque ella siempre ha manifestado sentirse muy a gusto en Sálvame, la vivacidad del formato requiere mucho de los colaboradores. A las noticias hay que sumar los debates espontáneos que se producen. El cara a cara entre colegas que surge cuando menos te lo esperas. Se necesita tener los cinco sentidos en alerta para salir airoso, y eso desgasta.

María necesitaba unas vacaciones para recargar pilas. Iba en reserva cuando decidió marcharse a Punta Cana. Ya no podía más. Demasiada tensión, demasiada. Demasiados enfados con gente que fue y ya no es. Pérdidas, cambios, estrés… Era imperioso descansar, desconectar, por eso se puso en alerta cuando descubrió que Kiko Rivera y su mujer iban en el mismo vuelo que ella. Y no por temor a un encontronazo, en absoluto, sino porque eso indicaba la presencia de fotógrafos que no se resistirían a lanzarle el fogonazo para captarla en playas de arena blanca y aguas cristalinas. Y eso es un fastidio, porque cuando estás bajo mínimos tener que preocuparte por tu aspecto es lo que menos te apetece. Así que la periodista ha disfrutado pero no ha podido relajarse totalmente. Aún así, luce preciosa en las revistas de esta semana. Eso sí, sus ojos desprenden un poso de tristeza y preocupación que no pasa inadvertido. El tiempo que todo lo cura.