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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes

Cifuentes redondea su gran año dando una lección de política ante la Asamblea

La presidenta de la Comunidad de Madrid llega a su primer debate de política general para hacer balance y convertida en la "baronesa" de referencia para un amplio sector del PP.

| Javier Ruiz de Vergara España

Un año después de su victoria electoral la presidenta madrileña acude este miércoles a la Asamblea de Madrid para hacer balance de su primer ejercicio en el cargo y de un acuerdo -cuando se firmó novedoso y a la vista exitoso-, el suscrito por el PP y Ciudadanos, los dos mismos protagonistas que han fracasado en los últimos días en el Congreso en su intento de desatascar la formación de un gobierno.

Cristina Cifuentes llega a su primer debate de política general para hacer balance y convertida en la "baronesa" de referencia para ese sector del PP que busca desde hace meses un salto hacia adelante, un impulso regenerador que le devuelva al camino del éxito electoral que abandonó tras el batacazo del 20 de diciembre con la victoria insuficiente del 26-J, esa victoria que ha impedido a Mariano Rajoy la reelección, bien es cierto que por culpa de la estrategia de bloqueo impulsada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Cifuentes va a enseñar este miércoles su receta para el éxito, un éxito que le reconocen sus compañeros de filas pero, fundamentalmente, sus rivales. Una receta basada en cuatro ejes: la regeneración y ampliación de las bases de su partido, una nueva forma transparente de relacionarse con los ciudadanos, el cumplimiento de las medidas modernizadoras acordadas con el partido de Albert Rivera y una decidida y contundente apuesta contra la corrupción.

Cercanía, transparencia y lucha decidida contra la corrupción, la fórmula de Cifuentes para relanzar al PP y a la Comunidad

Cuando hace algo más de un año Cifuentes fue investida gracias al acuerdo con Ciudadanos y tras la firma de un documento programático con 100 medidas, la presidenta madrileña se encontró con un antecesor en la Presidencia -Ignacio González- al borde de la imputación; la presidenta regional de su partido, Esperanza Aguirre, cuestionada por la dirección nacional del PP; un exvicepresidente como Francisco Granados encarcelado y muchos simpatizantes y votantes desmotivados.

Cercanía, regeneración y compromiso con el pacto

Lo primero que hizo Cifuentes en 2015 fue recorrer de punta a punta la Comunidad de Madrid para rejuvenecer los cuadros locales, a los que insufló nuevos ánimos e impuso nuevas tareas. Nuevas formas de comunicación política, cercanía con las bases, campañas de afiliación y un novedoso uso de las redes sociales permitieron al PP abrirse de nuevo a sectores sociales que le habían dado la espalda en el final de la era Aguirre.

De forma paralela, la presidenta rediseñó la estructura del gobierno de la Comunidad, haciéndola más reducida y ágil. Buscó para su gobierno a consejeros ajenos a la etapa anterior, purgó a todos los altos cargos vinculados con casos de corrupción -no le ha temblado la mano a la hora de los ceses- y cerró aquellas empresas públicas sobredimensionadas o ineficientes. Impulsó acuerdos con los agentes sociales y comenzó a desarrollar el pacto suscrito con el líder de Ciudadanos en Madrid, Ignacio Aguado.

Hace apenas unas semanas, cuando se cumplió el primer aniversario de su llegada al cargo, Cifuentes y Aguado exhibieron músculo y certificaron su éxito: el 85% de las 100 medidas que integran el acuerdo de investidura están cumplidas plenamente o puestas ya en desarrollo. Entre ellas, bajadas de impuestos, aumento de las ayudas al emprendimiento y pactos en materia de Sanidad y Educación.

Este mismo martes, Cifuentes ha suscrito un acuerdo con los rectores madrileños para hacer efectiva en los próximos meses la deuda que la Comunidad mantiene con las universidades de la Región. Y este lunes, la presidenta madrileña exportó su experiencia de gestión al País Vasco en un acto de apoyo al candidato popular para el 25-S,  Alfonso Alonso.

"El éxito de Cifuentes es la demostración de que si hay voluntad se puede gobernar en minoría. Que si se quiere, se puede", reconoce un dirigente madrileño de Ciudadanos que participó en la negociación con el PP madrileño en mayo del pasado año. Un reconocimiento en el que coinciden representantes de los dos partidos de la oposición en la Asamblea, PSOE y Podemos. Con el portavoz socialista, Ángel Gabilondo, la presidenta mantiene una relación cordial y con el portavoz de la formación morada, José Manuel López, otra de respeto. Y eso que sus rifirrafes en las sesiones de control han dejado momentos vibrantes en la hemeroteca.

Cuando este miércoles Cifuentes suba a la tribuna de la Asamblea para desgranar su primer año de gestión exhibirá ante los españoles, atónitos por el bloqueo en el Congreso de los Diputados, el balance de una nueva forma de ejercer la acción de gobierno. Y anunciará su gran reto para este segundo año: aprovechar el Brexit para convertir a la Comunidad de Madrid en la nueva sede financiera y económica de Europa. Cifuentes tiene en su haber una carta más a su favor: la polémica gestión de Manuela Carmena y Podemos en el Ayuntamiento de Madrid, el espejo en el que se mira Pablo Iglesias para convencer a Pedro Sánchez de que lidere la alternativa a Rajoy.

Un sector del PP y del Gobierno de Rajoy, se espera lleno en la tribuna de invitados, va a seguir con especial atención este debate de política madrileña que concluirá el jueves. Rivera ha puesto en varias ocasiones como ejemplo, la última hace muy poco, la gestión de Cifuentes como modelo de lo que Ciudadanos defiende para el gobierno de España. Y el "caso Soria" ha vuelto a demostrar que un sector del PP sigue anhelando un relevo generacional mirando a Cifuentes o a Alberto Nuñez Feijóo como apuestas de futuro.