| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Aprende a beber en bota en Bodegas Pradorey

En época de vendimia, prepárate para hacer una visita muy especial

| Laura Méndez Viajar

La vendimia es, sin duda, la época más importante del año para las bodegas y, por añadidura, para los amantes del buen vino. Supone el nacimiento de una nueva añada, pero en las bodegas y viñedos Pradorey también es una excusa para vivir una escapada diferente que permite pasarlo bien aprendiendo sobre la labor milenaria de la elaboración del vino.

La finca histórica nombrada Real Sitio de Ventosilla por Isabel la Católica, la de Bodegas Pradorey, acoge desde mediados de septiembre y hasta principios de noviembre unas vistas especiales que incluyen un juego sensorial y risas aseguradas con la tradición de beber en porrón y bota, y todo ello, catando dos vinos de la gama alta de Pradorey acompañados de un picoteo de ibéricos y productos gourmet.

El punto álgido será durante los fines de semana del 5 y 12 de octubre cuando se organizan las jornadas más participativas, divertidas y completas (90€/pax con una noche de alojamiento y 58€ los niños), un plan para todos los públicos con alojamiento en la Posada Real de Pradorey que se puede disfrutar tanto en pareja, como en familia o con amigos: Jornada VIP de la vendimia que consiste en vivir la vendimia en primera persona recogiendo uva, despalillando, pisando uva y catando el mosto.

El descanso a esa intensa mañana llega con el almuerzo del vendimiador en los jardines de la bodega. Un aperitivo que precede a la visita a la bodega con su cata de vinos y las risas de aprender a beber el vino en porrón y bota. Aquí el noble arte de la cata de vino sigue siendo noble pero se vuelve aún más divertido cuando el visitante se despoje de todo remilgo y haga uso de su buen humor bebiendo sin mancharse y, si es posible, sin romper a reír a carcajadas cuando empinen la bota que con tanto salero manejaban nuestros antepasados.

Ya abierto el apetito, se cambia la bota por la copa, ahora sí, sentados a la mesa para degustar de un menú típicamente castellano en el comedor de La Posada. Se trata de una forma diferente de disfrutar del enoturismo que culminará con el sorteo de 20 botas de vino artesanas y personalizadas entre los asistentes a esta temporada de vendimia.