| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Manifa buena, manifa mala

Estamos acostumbrados a ver manifestaciones de la izquierda, pero no de la derecha, más tendente a callar y expresarse cada cuatro años en las urnas

| Enrique Martínez Olmos Edición Valencia

“La izquierda se moviliza en la calle mientras la derecha se moviliza en las urnas”, decía un intelectual de izquierdas a cuenta de la manifestación del pasado sábado pidiendo ‘elecciones ya’ y que Sánchez no negocie con los independentistas, con relator, mediador o como ustedes quieran llamarlo.

Más allá de la guerra de cifras que una manifestación de este tipo siempre encierra, la frase expresada al inicio del artículo contiene una realidad que en la última semana se ha puesto más que nunca de manifiesto: estamos acostumbrados a ver manifestaciones de la izquierda, pero no de la derecha, más tendente a callar y expresarse cada cuatro años en las urnas, por lo que cuando surge una movilización en la calle de la derecha, algunos se echan las manos ala cabeza.

La sobreactuación de algunos por la manifestación convocada por PP y Cs (o Cs y PP, me da igual) a la que se sumaron otros partidos como Vox, ha dado lugar a comentarios y situaciones muy surrealistas. En la memoria queda el tuit de El País, se supone que lo más serio dentro de la prensa mal llamada progresista, asemejando a estos partidos con organizaciones neonazis.

Y si El País se va por estos derroteros, imagínese el resto. No he visto más insultos y descalificaciones en redes sociales que en la última semana. El derecho de manifestación y de libertad de expresión parecía que lo tenían reservado algunos en exclusiva, y cuando han visto que otras personas podían manifestarse, han sacado su totalitarismo a pasear.

El propio partido del Gobierno, el PSOE, sorprendía con el hashtag #NoVoyConElFascismo, donde dejaba claro que ir ese día a Colón te convertía en un fascista o como mínimo en un cómplice… Pues para ser una manifestación fascista, de extrema derecha, ultra y demás, no hubo ninguna carga policial, ningún detenido, ningún contenedor quemado, ningún comercio asaltado…

Por no haber no hubo ninguna bandera que recordase a dictaduras, propias o de otras latitudes, o cánticos más propios de los años 30 (sí, esos de ‘arderéis como en el 36’, ‘no pasarán’ y demás tan propios de otras manifestaciones).

A ver si va a resultar que en España tenemos los fascistas más educados del mundo, o es que realmente a Colón quien acudió no fueron skinheads, sino familias, jóvenes, mayores… ¡y hasta mujeres y gais! Sí, mujeres y gais, pese a que a alguno el dato le cortocircuite la cabeza, porque el sentirse español o el votar a un partido de centro o de derecha no tiene nada que ver con tu sexo o tus gustos sexuales, pese a que algunos se empeñen en obligarte a lo contrario.

La España dormida, la que sólo se expresa en las urnas, ha despertado y salido de manifestación, para decirle “a su persona”, apelativo con el que se refiere a sí mismo el presidente del Gobierno, que convoque elecciones. Porque total, si en Colón había cuatro gatos como dice la delegación del Gobierno y Pedro Sánchez le saca 15 puntos al PP como asegura el CIS de Tezanos ¿Qué tonto no convocaría elecciones ante un panorama tan favorable? ¿no?