| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Podemos juega con Pedro Sánchez y eleva el precio para no darle otro portazo

Pablo Iglesias se siente vencedor del pulso con Sánchez y juguetea ahora con el PSOE, aunque le pacto está más cerca que nunca. Éste es en tiempo real el estado del acuerdo.

| Javier Rodríguez España

Todo indica que el jueves habrá pacto y que Pablo Iglesias se colgará una medalla ante un Pedro Sánchez que, por tirar demasiado de la cuerda, ha estado a punto de romperla: las cocinas de Moncloa ultiman un pacto del agrado de Iglesias, tras comportarse como si prefirieran unas nuevas Elecciones Generales, ahora favorables al PSOE pero quién sabe si un riesgo en noviembre.

Tanto ha cambiado el aire que es ahora el partido morado quien juega con los socialistas y, más en concreto, con el mismísimo Sánchez. "Prudencia", recalcan en Podemos, insistiendo en que "no ha habido avances" en las propuestas del PSOE pese a que el sanchismo se ha encargado de filtrar a todo el mundo que está dispuesto a (casi) todo.

 

Desde dar entrada en Educación al partido populista hasta hacerle algún gesto en Igualdad o Hacienda, pasando desde luego por designar a Irene Montero vicepresidenta. Pero ni aún así dobla el brazo Iglesias, consciente de que ha cambiado el relato y que el bloque, ahora, es achacable a Sánchez.

Junqueras arrima el hombro

Dos pesos pesados del sanchismo, Carmen Calvo y María Jesús Montero, se encargan de sellar el acuerdo con Pablo Echenique y, aunque fuentes políticas aseguran a ESdiario que el pacto está más cerca de lo que nadie cree, oficialmente la tensión se mantiene. Y se mantendrá probablemente hasta el jueves, más aún, hasta la hora decisiva de la votación.

ERC, espectador y protagonista a la vez, está deseando que fluya ese pacto, aunque no explica públicamente cuál es la razón de su entusiasmo. Pero es fácil de intuir: cuando lleguen las condenas del Supremo a Junqueras y compañía, un Gobierno con Podemos dentro será más proclive a conceder indultos. Algo que, aunque no lo reconozcan ni lo digan los cabecillas del procés, esperan con ansia.