| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Balance de la Legislatura: todos contra el PP.
Balance de la Legislatura: todos contra el PP.

Nueva política: "Ahora voy en coche de incidencias y me monto delante"

Finiquitada la legislatura más corta de la democracia, los "partidos emergentes" que tantas expectativas generaron han tenido un pobre balance y la vieja historia de siempre contra el PP.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

Apagadas las luces de las Cortes hasta julio, el tiempo dará y quitará razones. Claro. Pero, han pasado tantas cosas que casi nadie está ya en su mismo sitio. Desde luego pocos políticos son percibidos de igual manera que eran vistos en la pasada campaña electoral. Porque a estas alturas son ya muchos los que empiezan a observar que esa nueva política, tan anunciada como elogiada, que tantas ilusiones ha despertado, en realidad, a la hora de la verdad, meramente ha consistido en un “todos contra el PP” para desalojar a Mariano Rajoy del Palacio de La Moncloa. O sea, lo mismo de siempre. Por más que sea en eso en lo único que logran ponerse de acuerdo todos los protagonistas de la vida pública salvo, por supuesto, los populares cuya soledad en el Parlamento ha sido sonada. 

Pedro Sánchez, a puerta cerrada el pasado sábado, en el Comité Federal de su partido, volvió a anunciar  que el PSOE “no pactará nunca” con el PP. El líder socialista probablemente hizo tal anuncio mirando con el rabillo del ojo a un Podemos que le come terreno por su izquierda. Naturalmente el “pacto del Abrazo” de Pedro Sánchez con Albert Rivera -en qué hora tuvo Juan Carlos Girauta la ocurrencia de elevar tanto la carga sentimental de la firma del acuerdo- da espacio a Pablo Iglesias para acusar a los dirigentes socialistas de no hacer remilgos a la hora de darse la mano con la “derecha naranja”.

También da pie ese pacto a Mariano Rajoy para decir que Ciudadanos ha perdido el centro para correr a socorrer al PSOE en cuanto ha tenido una ocasión. No hay duda de que el razonamiento de los políticos naranjas de apoyar a la lista más votada quedó superado velozmente. Ciertamente, Rivera, en muchas ocasiones estas últimas semanas, ha dado la impresión de ceder con facilidad al juego de vetos al centro-derecha que parecía iba a poner fin con su llegada. Tanto ha sido así que ha resultado imposible distinguir entre portavoces socialistas y naranjas, siendo los mensajes de los segundos una prolongación de los primeros.  

“¿No ibais a suprimir los coches oficiales?”, pregunté sorprendido. Pero más estupefacto me dejó su respuesta. “No es un coche oficial, es de incidencias, y además, me siento delante”

Sin embargo, si rápidamente todos han sido capaces de ponerse de acuerdo respecto a quien desean retirar, es decir, a Rajoy y su PP, en lo que no han logrado alcanzar consenso es en el nombre del sucesor. Y ya se sabe: la política prevé que las censuras vengan acompañadas del nombre de la alternativa. Y éste no configurar una opción posible, precisamente, resulta ser el mayor fracaso de toda la oposición. De hecho, reflejado de uno u otro modo, sus dimes, diretes, fogonazos y ritos de apareamiento han constituido un dislate y un jugar inútilmente con las instituciones que ya veremos el coste que supone para algunos. 

Hace unos días, me encontré a la salida de una cadena de televisión a uno de estos líderes jóvenes que han llegado al parlamento para comerse el mundo e implantar nuevas formas de la mano de uno de los partidos emergentes. Tras unos minutos de conversación me percaté que le esperaba un coche oficial con su correspondiente chofer. “¿No ibais a suprimir los coches oficiales?”, pregunté sorprendido. Pero más estupefacto aún me dejó su respuesta. “No es un coche oficial, es de incidencias, y además, me siento delante, al lado del conductor”. 

Bonita forma de maltratar las ilusiones y esperanzas depositadas por millones de españoles en una nueva etapa regeneradora.