| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El nuevo Levante UD de Paco López, eficaz y brillante a partes iguales

Seis puntos logrados en dos partidos. Ese es el perfecto bagaje de los granotas desde que el técnico de Silla tomará las riendas del banquillo.

| Carlos Botey Edición Valencia

Un éxito el de la pasada noche, conseguido ante un buen equipo como es, hoy por hoy, el Eibar de Mendilíbar, pero no por ello menos merecido. De hecho, la amplitud pudo ser mayor en relación a lo reflejado por el marcador.

Como se le supone a un cuadro con las aspiraciones europeas del eibarrés, sus hombres saltaron al rectángulo con el firme propósito de mandar en el juego, algo que se plasmó en peligrosas llegadas como la de Kike García rematando alto en posición franca recién iniciado el choque.

Pero algo ha cambiado en este Levante. Ahora es el cuadro de Paco López el que obliga a recular a los adversarios. Algo que estuvo a punto de dar sus primeros frutos si Dmitrovic no hubiera hecho gala de unos magníficos reflejos ante Pazzini en una acción precedida de una gran combinación por banda entre Morales y el, a la postre, centrador Ivi.

Pero lo mejor estaba por llegar: al filo de la media hora y tras una acción de parecida elaboración con envío preciso desde la banda ahora del propio José Luis Morales, Roger Martí iba a aparecer para emular y, a la vez, homenajear a uno de los más insignes ex jugadores levantinistas en la semana del segundo aniversario de su fallecimiento - era ni más ni menos que algo similar a uno de los remates patentados por el inolvidable Johan Cruyff- , y hacer inútil la estirada de Dmitrovic para poner el 1-0. Era el primer tanto del "pistolero" en el Ciutat tras su largo periodo de convalecencia. Era, de la misma manera, la señal más inequívoca de que el Levante ya es otro; un conjunto que vuela hacia la permanencia optimizando al máximo todos sus recursos. Y ya era hora...

Ante semejante panorama, el cuadro armero únicamente podía encomendarse a las acciones puntuales de peligro que algún despiste de la zaga levantinista le proporcionaba. Y así fue como gozó de dos posibilidades de gol su hombre más incisivo hoy sobre el terreno de juego, el catalán Joan Jordán, quien estrelló un mano a mano en el cuerpo de Oier al filo del intermedio y, al inicio del segundo acto, un empalme tras centro de Pedro León repelido por el travesaño.
Era el tramo del encuentro más crítico para un Levante UD lastrado por las dos oportunidades desperdiciadas por Pazzini y Morales para prácticamente cerrar el partido y, muy especialmente, por las sustituciones obligadas a raíz de las lesiones de Campaña y
Luna que, sobre todo en el caso de la este último, obligaban a reestructurar todo el armazón defensivo.

Y así se pudo constatar al aprovechar el recién ingresado en el césped Charles la peinada de un omnipresente Jordán a la salida de un saque de esquina para igualar a falta de un cuarto de hora. Así pues, el único fantasma que no se lograba alejar era el del mal endémico que supone la sangría de goles encajados recientemente a balón parado.

Sin embargo, no tardaría ni un minuto en reaccionar este Levante de poderosa versión atacante. Boateng aprovechaba un grave error del central navarro Anaitz Arbilla para, tras driblar al arquero Dmitrovic con una sangre fría impropia de su juventud, volver a adelantar a los granotas en el electrónico. Era un 2-1 más que merecido y que a punto estuvo de dejar paso a la sentencia del propio Boateng, de no mediar el error del colegiado asistente al no dar validez a una acción en la que partía en posición correcta para colocar un 3-1 que hubiera sido definitivo.

Al final -no sin sufrimientos puntuales, libre directo dentro del área para el Éibar incluido- el Levante UD conseguía acabar con una racha de prácticamente medio año sin saborear las mieles del triunfo en Orriols, y que llevaba camino de convertirse en pesadilla.

Y es que la vida puede cambiar mucho en una semana... tanto como para poder disfrutar de las Fallas desde una posición casi idílica.