| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Cómo afecta el coronavirus al trabajo de los agentes de Policía Local

La ley en estos casos no diferencia de microorganismos, y los uniformadosm con mascarilla o sin ella, con protección o sin ella, deberán de actuar y en ocasiones detener ante los delitos

| Enrique Arrúe * Edición Valencia

Muchos son los comentarios entre policías en el WhatsApp sobre que en sus dependencias no hay mascarillas, o son de papel sin ningún filtro, que no tiene equipo individual de protección y que desconocen si en el lugar de trabajo ha sido desinfectado. Otros patrullan solos, otros antes de empezar desinfectan por su cuenta los vehículos patrulla, y otros no paran de lavarse las manos de forma compulsiva.

El microorganismo es invisible y quién sabe dónde está, o a quién le va a tocar. Es la pregunta que nos hacemos todos.

Otra cuestión que destaca en las plantillas es que siempre ves a los mismos policías trabajando, de servicio activo, aquellos que siembre están, y por otra parte se encuentran aquellos que habitualmente no van a trabajar, por una excusa o por otra, el caso es que no están cuando tienen que estar los llamados “caraduras” y las cosas se ponen difíciles porque no se exponen a esto ni a otras cosas, ya que les importa un comino que los turnos sean de doce horas, de veinticuatro, o que los que trabajan caigan en su empeño de garantizar la seguridad.

Sin duda sabéis de qué hablo.

Con la cuarentena y la gente en casa con unos pocos días vividos de momento han pasado las cosas siendo soportables de momento, en el inicio, aunque las familias hicieran largas colas en los supermercados por histeria colectiva; pero el incremento de los nervios, de la tensión, de la impaciencia, y de la situación de algunas familias, la bomba puede estallar en cualquier momento, y una vez la situación se pone muy fea alguien llama a la policía.

En aquellas casas que reina la incomprensión, y que siempre ha habido problemas a diario en un clima de enfurecimiento, de ira, la tensión sube como el mercurio del termómetro de un enfermo, nunca mejor dicho, por lo tanto una vez desencadenado el apocalipsis íntimo del hábitat privado llega la violencia de esas personas que nunca entendieron de “normas”, ni de “obligaciones” por qué habitualmente hacen lo les da la real gana.

A todo ello se suma un potenciador, el consumo de drogas como el cannabis y el alcohol, o fármacos (dentro de la convivencia en una relativa caja de zapatos, no ayuda), por lo tanto en casos de violencia sobre la mujer o el ámbito familiar (que todavía no ha denunciado) la vida es muy complicada, todavía más que en situaciones normales, pues la convivencia es forzada y el contacto es más intenso durante muchísimas horas y quedan muchos días. Peligro latente.

A ello sumamos la vida cotidiana con la familia, los abuelos, los hijos, etc. Todos preocupados y pegados a los teléfonos móviles con informaciones de todo tipo.

Por otra parte, las calles están vacías, momento en el que el delincuente habitual puede aprovechar como animal de carroña para desvalijar pequeñas empresas, comercios, plantas bajas comerciales, y hacer su operación delincuencial del siglo, y conseguir cosas que antes estaban más difíciles, complicadas y menos a su alcance, de lo que somos totalmente conscientes.

La policía en general, cuando no hay otro remedio, pues actuará en aquellos casos de cualquier tipo violencia o acción antijurídica contra las personas y tendrán que realizar detenciones para su puesta a disposición judicial porque la vida sigue, porque la ley en estos casos no diferencia de microorganismos, ni de fantasmas, ni de biología, sino que se basa en los “hechos acontecidos tipificados en el código penal” y los uniformados con mascarilla o sin ella, con protección o sin ella, deberán de actuar. En ocasiones detener ante los delitos.

No podrán respetar el metro y medio de distancia de seguridad.

Tendrán que tocar al detenido sí o sí.

Deberán de trasladarlo en los vehículos patrulla.

Por si fuera poco, tendrán que llevarlo al médico por protocolo.

Declaraciones, denuncias, testigos, custodia del detenido, etc…

Después a las dependencias donde se le realizará un cacheo antes de entrar en los calabozos.

Averiguaciones tendentes a las pruebas del delito.

Otras tantas colaboraciones con otras fuerzas de seguridad.

Lo que queremos decir es que el virus se suma a los problemas cotidianos de la actividad laboral policial y que todo dependerá sobre todo de la suerte de cada uno, y no tanto de lavarse las manos o el no tocarte la cara, la nariz, o la boca. Los policías están expuestos lógicamente cuando el contacto es directo y no se pueden desatender la atención profesional, ya que la concentración está dirigida a cada acción típica de la peculiaridad policial que tienes que realizar. La contaminación podría ser….

En aquellos lugares que los compañeros están desbordados por la gran cantidad de trabajo y de servicios es un caos. Exposición constante.

Aun con este problema mundial tan intangible y todavía algo desconocido habrá gente patrullando por las calles intentando que todo siga en calma, que haya paz para poder vencer a ese demonio que mata a la gente, y la idea es pararlo con los únicos medios ahora disponibles.

Colaboren con los uniformados, entiendan su trabajo. Gracias….

 *Oficial de Policía Local y Grupo EmeDdona.