| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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José Luis Corcuera ya se las vio con los luxemburgueses antes que Calviño.
José Luis Corcuera ya se las vio con los luxemburgueses antes que Calviño.

La salida de José Luis Corcuera que amenaza en el horizonte de Nadia Calviño

Genio y figura y muy dado a soltar lo que le pasa por la cabeza, el exministro socialista ya dejó claro que a la candidata a la presidencia del Eurogrupo el "favorito" se le puede atragantar

| ESdiario Medios

Este viernes Jesús Rivasés se congratula en su columna de La Razón de que por fin Nadia Calviño sea candidata oficial a la presidencia del Eurogrupo junto con el liberal luxemburgués Pierre Gramegne y con el conservador irlandés Paschal Donohoe.

Aunque señala que parte como favorita cree que ella misma es consciente que en asuntos europeos no hay nada seguro hasta el final y recuerda que "Luis de Guindos ya lo intentó, pero le ganó la partida el socialdemócrata holandés, Jerome Dijsselbloem, aquel que dijo en 2017 sobre los países del Sur que "no puedo gastarme el dinero en mujeres y alcohol y ahora pedir dinero".

Según Rivasés, Calviño tiene puntos fuertes como su experiencia en Bruselas y el hecho de ser mujer, porque sería la primera ese cargo pero en su contra pueden jugar las suspicacias de los países del Norte sobre los del Sur y los incumplimientos españoles con el déficit.

El caso es que hasta que el 9 de julio decida el Eurogrupo, "España debe mover todas sus influencias a favor de su candidata porque su elección, sobre todo en estos momentos, sería una de las mejores noticias que podría recibir la economía española".

Aunque sea favorita, recalca, sería un "error despreciar las opciones del irlandés y del luxemburgués" ya que "Europa, en tiempos de crisis, ha elegido dirigentes de pequeños países como soluciones de compromiso".

Aquí recuerda que "Pierre Gramegna, del Gran Ducado de Luxemburgo, podría ser el rival más peligroso de Nadia Calviño" y saca a colación un divertido incidente, a finales de los años 80 en una reunión del grupo de Trevi, en el que coincidían los ministros del Interior para aunar estrategias contra el terrorismo.

Fue entonces cuando José Luis Corcuera era el ministro del Interior español al que su colega luxemburgués ponía todo tipo de trabas. Corcuera, genio y figura, le espetó que "no era lógico que "un concejal" de una ciudad de 100.000 habitantes condicionara la política de seguridad europea. La salida del español indignó al luxemburgués, pero divirtió a sus colegas".

"Calviño y un concejal de Luxemburgo", concluye el periodista.