Robles se hace un lío justificando su veto a la Semana Santa en los cuarteles

Sí pero no, mala conciencia y titubeos. En la cúpula del Ministerio de Defensa son bien conscientes del malestar que en amplios sectores del Ejército ha provocado el boicot a una vieja tradición de décadas que une a las Fuerzas Armadas y la Semana Santa.

Y, tal vez por eso, la ministra Margarita Robles se ha visto obligada este miércoles a dar explicaciones y, como se dice coloquialmente, a meterse en un jardín para dar una de cal -los guiños electorales a la ultraizquierda laicista- y una de arena -la historia milenaria de las FAS-.

Robles ha salido al paso de la polémica y ha explicado que el Gobierno aplicará la normativa "vigente" en materia de banderas para no dejar a media asta las enseñas en los cuarteles militares en Semana Santa. "Definitivamente aplicamos la normativa que está vigente", ha sostenido y ha precisado que en esa normativa "no está previsto" que ondeen a media asta.

Robles enfada a miles de militares con un "boicot" a la Semana Santa y un guiño a Podemos

"Cualquier otra resolución que se dictara sería alterar la normativa", ha mantenido a preguntas de los medios a cerca de ello durante una visita al cuartel de Rabassa, en Alicante, donde ha conocido la unidad del MOE.

Robles ha destacado que el Gobierno es "profundamente respetuoso" con las creencias religiosas y con la Semana Santa, una fiesta que ha calificado de "muy importante desde todos los puntos de vista". Así, ha hablado del punto de vista "cultural" pero también desde "el punto de vista de la espiritualidad".

En ese contexto, ha comentado que por respeto a la espiritualidad ha reclamado "no mezclar una cosa con la otra" y porque, además, por respecto "a las tradiciones" es "importante que todos los militares que quieran participar voluntariamente en todas las procesiones o en todas las celebraciones que haya en Semana Santa, las haga".

Cuestionada sobre cuál había sido la situación, Margarita Robles ha recordado que "hasta ahora" había habido una "decisión que el Gobierno anterior, como excepción a la normativa que está vigente había dictado".

Frente a ello, ha insistido en que su decisión es "mantener" la normativa y "no dictar una norma excepcional". No obstante, ha subrayado que, a su juicio, se trata de una "anécdota" y se ha referido a los 120.000 hombres y mujeres que trabajan "cada día con el rigor y la eficacia por valores, por convicciones o por defender a España, es lo que realmente hay que poner en valor".

Al respecto, ha considerado que "quedarse" en la anécdota es hacer "un flaco favor a las Fuerzas Armadas, que son un orgullo para todos los españoles y, muy particularlmente para mi como ministra de Defensa, y hoy el estar aquí es ese apoyo a quienes están en operaciones especiales sirviendo a España"