Por todo ello es una gravísima sinvergonzonería que clama al cielo la que se comete con este empresario.
Que ya se ha vuelto insoportable. Todos los políticos fulleros que incluso les han pillado mayormente sufragándose a través de dictaduras nauseabundas como la venezolana o la iraní que encima se permitan criticar a un empresario como Amancio Ortega que crea miles de puestos de trabajo en España, directos e indirectos, miles de puestos de trabajo que cada uno tiene su nómina y cada nómina una aportación del 40% a la Seguridad Social, y cada mes, más en su caso su retención para la renta o el IRPF, es decir para Hacienda, y todos los meses del año. Como vemos, casi la mitad de cada nómina y cada mes para el Estado y casi un 40% en concreto para la Seguridad Social, es decir para entre otras cosas, nuestro sistema de protección de la salud. Aportaciones de miles de trabajadores gracias a las que finalmente se pueden pagar por cierto, también todos y cada uno de los sueldos de los políticos que le critican.
Como digo y por todo ello es una gravísima sinvergonzonería que clama al cielo la que se comete con este empresario. Y si además hace millonarias donaciones directas a nuestro maltrecho sistema de salud y más en estos momentos de tremenda pandemia, la injusticia y el desafuero todavía es mayor.
Pero los que aún sabiendo todo esto, albergan todavía alguna duda sobre la honradez tributaría de don Amancio, los que critican como porteras y porteros (no se me enfaden) que si evade impuestos en paraísos fiscales, que si se lucra explotando a pobres gentes en el tercer mundo. Los que tales cosas cuchichean sin cesar, si realmente lo dicen en serio: que lo denuncien ante el organismo u organismos competentes, que para denunciar al vecino o al compatriota nunca faltan de éstos. En España y en el mundo. Que todos aguardan su denuncia. Que lo hagan pues y rápido. Que además, si son cargos públicos, tienen un especial deber de denunciar cualquier ilegalidad de la que conozcan.
Y si no, que callen para siempre. Y que nos dejen en paz de una vez con esta monserga. Que no la denuncian debidamente, porque no es más que una difamación, una injuria o una cobarde calumnia. Porque cada euro real que cobran los políticos y los funcionarios, cada uno de ellos, ha sido generado o pagado por un trabajador, por un autónomo, por un profesional o por un empresario; y todos ellos del sector privado de la economía o del también tan injustamente menospreciado mercado con todos sus infinitos y sin embargo tan provechosos intercambios. Y es de bien nacidos ser agradecidos. Vamos, digo yo. O eso al menos me decía mi madre.
Jaime Navarro, abogado especialista en estafas bancarias @jaimenavarroabo