El presidente del PP de Guipúzcoa y candidato a alcalde de San Sebastián pone cifras a la humillación de las víctimas con un impactante vídeo que avergüenza al nacionalismo.
ETA ya no mata, pero su huella y su resaca son endémicas. La primera queda en el rostro de decenas de miles de heridos, exiliados, muertos, amigos y familiares; ese grupo amplio y dolido que resume entre lágrimas cuarenta años de crueldad terrorista. Y la segunda, se refleja en una terrible evidencia: al callar las armas, el relato que se intenta imponer esquiva la correcta división de víctimas y verdugos; de asesinos y de muertos, hasta un punto escalofriante.
De todo eso ha hablado el presidente del PP en Guipúzcoa y candidato a la alcaldía de San Sebastián, Borja Semper, en un vídeo que sintetiza el penúltimo capítulo de una historia escrita a sangre y fuego que ahora se intenta reescribir, entre la equidistancia y la complicidad con los malos, para humillación de los buenos.
Su vídeo lo dice todo: en 2018, los homenajes públicos a miembros de ETA aumentaron un 158%, con datos registrados por Covite, la valiente organización encabezada por la incansable Consuelo Ordóñez. Hubo, en concreto, 138 actos de exaltación, de los cuales 62 se produjeron en Guipuzcoa, con el Gobierno vasco mirando para otro lado y, frecuentemente, el español también.
Borja Semper, candidato a la alcaldía de San Sebastián, enseña fotos de las víctimas a quienes vitorean a los verdugos
"Una humillación para las víctimas y para los vascos", cuenta Semper, que encabezó una respuesta arriesgada y valiente que ilustra su vídeo: a cada homenaje que les constara, dirigentes del PP vasco acudían para enseñar a los presentes, entre vítores a los terroristas, fotos y nombres de sus víctimas.
"Ha llegado el momento de decir basta. Planteamos cara a la indignidad juntos", reza el documento, coronado por un ruego: "Alcemos la voz para acabar con esta lacra". Caso 900 muertos, tantos de ellos olvidados, lo agradecerían a buen seguro.