¿Hizo España por Blanca lo que Fernández Ochoa hizo por España?

La muerte de Blanca Fernández Ochoa ha puesto fin, de manera dramática, a varios días de incesante búsqueda por la Sierra de Madrid de una estrella deportiva mundial que, desgraciadamente, murió con probabilidad a las pocas horas de desaparecer.

Lo hizo en la montaña que la vio nacer y crecer, en un epílogo triste y simbólico a partes iguales que entierra, tal vez, a la primera gran mujer española consagrada internacionalmente en una disciplina invernal muy poco habitual en nuestro deporte, cual es el esquí.

Un perro policía halla el cadáver de Blanca Fernández Ochoa tras una pista clave

Tiempo habrá de conocer las causas exactas de su fallecimiento, si fue accidental o provocado y qué razones le llevaron a subir al pico sin dejar apenas huella ni aviso a nadie: son circunstancias extrañas, pero harían bien los amantes del morbo televisivo en dejar de especular sobre ellas, para lograr audiencia, y dejar que las aclare una investigación profesional.

Blanca hizo mucho por España, la mujer y el deporte. No está claro que tuviera la recompensa que merecía

No es precipitado, sin embargo, lamentar las circunstancias personales, profesionales y quizá hasta laborales en las que vivía Fernández Ochoa, aparentemente olvidada por el mundo institucional y deportivo al que tanto dio.

Doble promoción

Ahora que  el concepto de igualdad está felizmente en boga, sorprende que una pionera en la incesante lucha histórica de la mujer por ocupar los espacios tradicionalmente reservados al hombre, no tuviera un reconocimiento y una ocupación que compensara mínimamente su esfuerzo, sus resultados y su doble labor de promoción femenina y de España.

Blanca fue un gran ejemplo para los españoles, para las mujeres y para los niños. Pero eso debería haberlo escuchado en vida. Y en vida, también, debió haber recogido la recompensa de ese titánica carrera de obstáculos que jalonó su trayectoria hasta el último suspiro.