Mal día para las víctimas: homenajes a etarras y Bildu 'invade' Navarra a la vez

Mal día para las víctimas de ETA con tres escenas que, conectadas, ofrecen un panorama desolador para su memoria: de un lado, la liberación de uno de los secuestradores de Ortega Lara, tras cumplir poco más de veinte de los 189 años de condena por distintos delitos, incluidos el asesinato de dos guardias civiles.

De otro, la recepción con homenaje en su pueblo, de José Javier Zabaleta Elosegi, alias 'Baldo', exjefe de ETA recibido como un héroe entre aplausos y vítores con la complicidad absoluta del Ayuntamiento de Hernani, gobernado por Bildu.

Y de otro, la confirmación de que será precisamente el partido de Otegi quien elija quién y cómo se gobierna en Navarra, la Iparralde soñada por el mundo abertzale como parte indivisible de su mítica Euskal Herría.

El PSOE le echa cara y niega que le deba Navarra a Bildu mientras Otegi presume

Las tres estampas juntas, y la falta de respuesta del Estado en alguna de ellas o la complicidad incluso del Gobierno en el caso de la Comunidad Foral, donde gobernará precisamente el PSOE gracias a la heredera de Batasuna, conforman un cuadro indignante para las asociaciones de víctimas que, junto a PP, Ciudadanos y Vox, han puesto el grito en el cielo. Pero nadie les escucha.

Primera escena: el secuestrador

El etarra Xabier Ugarte Villar, uno de los secuestradores del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, ha quedado este domingo en libertad tras haber pasado 22 años en prisión, según ha informado Etxerat, el colectivo abertzale alineado siempre con los presos terroristas.

Ugarte ha abandonado por la mañana el Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca, donde le han esperado familiares y amigos. Asimismo, el propio Consistorio ha señalado, a través de las redes sociales, que se espera que esta tarde llegue a Oñati, su localidad natal.

Xabier Ugarte Villar fue detenido el 1 de julio de 1997 y condenado en junio de 1998 a 32 años por ser uno de los cuatro miembros de la banda que participaron en el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Ese mismo año fue también condenado a 14 años por su participación en el secuestro del industrial Julio Iglesias Zamora.

Los cuatro carceleros de Ortega, entre ellos el ya liberado Ugarte Villar (segundo por la izquierda) y Bolinaga (tercero)

Asimismo, en 1999 fue condenado a 145 años por participar en el atentado contra una patrulla de la Guardia Civil perpetrado en 1987 en Oñati, en el que murieron asesinados dos agentes: un total de 189 años en condenas de los que ha cubierto solo un poco más del 10%.

Segunda escena: el "héroe"

En la biografía sanguinaria de José Javier Zabaleta Elosegi, Baldo, destaca, entre otros, su participación en el atentado cometido por ETA en 1980 contra un bar de Zarautz (Guipúzcoa), en el que asesinaron cinco personas y por el que se le impuso una pena de 100 años de cárcel. Es solo un apunte en un currículo cruel de quien estuvo en la cúpula etarra y participó en el diseño de sus atentados en los 90.

Condenado a 300 años de prisión por distintos delitos, salió al cumplir 29 años entre rejas y protagonizó una escena insólita: lejos de ser repudiado en Hernani, fue acogido con aplausos, un pasillo de homenaje y un gran despliegue de fuegos artificiales.

Mientras, la ley que persigue no solo la celebración de homenajes a terroristas, sino también la convocatoria de actos en ese sentido, sigue esperando ser tramitada en el Congreso.

Tercera escena: Navarra

Los dos etarras liberados, sus comandos y sus compañeros de sangre ajena compartieron siempre un onjetivo: independizar al País Vasco de España y anexionar Navarra a éste, algo que incluso recoge una insólita disposición transitoria colada en la Constitución que permite esa posibilidad si mayoritariamente los navarros lo deciden.

Y es más fácil que así sea si prosigue y se intensifica el proceso de abertzalización del Reino Foral emprendido por Uxúe Barcos: si ella era nacionalista y no lo ocultaba, ahora será Bildu directamente quien tengan la llave de todas las decisiones del Gobierno que previsiblemente, gracias a la nueva Batasuna, dirigirá la socialista María Chivite pese a haber perdido de largo las Elecciones.