| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Las cosas de comer en el debate del 28-A para la Generalitat

La molla del debate la podemos desmigar en tres bloques: de tanteo, de propuestas, y de relaciones con el Gobierno que se alumbrará la misma noche que el del Consell.

| Vicente Climent Edición Valencia

Bloque de tanteo

Aquí abundaron los tópicos. Ximo Puig (PSPV-PSOE) hizo alusión a la merma de reputación y los recortes para los valencianos que trajo el PP. Mónica Oltra (Compromís) y Rubén Martínez Dalmau (Unidas Podemos) se fijaron en la corrupción y la deuda derivadas de los gobiernos del PP, con Oltra desde un principio defendiendo con su nombre al proyecto del Botànic. Toni Cantó (Ciudadanos) empezó diciendo que era “difícil hacerlo peor que el PP”, pero que el tripartito lo ha conseguido. E Isabel Bonig (PP) fijó sus baterías desde el primer momento y en exclusiva en Ximo Puig, que con su “coalición sanchista de izquierdas” ha perdido cuatro años de promesas incumplidas.

En las réplicas Puig negó la credibilidad a Bonig por haber gobernado con “más paro, corrupción y despilfarro”. Martínez Dalmau desempolvó la infrafinanciación actual acusando a Puig de “triunfalista” y disparando que “no se puede vivir toda la vida” de la política. Cantó le recordó al PSOE que lleva un imputado en listas (Jorge Rodríguez en Ontinyent), instó a Oltra a recuperar sus camisetas para cuando vuelva a la oposición, y consideró a Bonig heredera de Francisco Camps. Oltra puso en duda que Cantó conozca la “realidad valenciana” porque sí “se han acabado muchos colegios”. Y Bonig echó en cara a Puig la subida de impuestos y la bajada de libertades para los padres de alumnos, defendiendo por su parte la colaboración público-privada.

Bloque de propuestas

Isabel Bonig promete una triple revolución, fiscal, económica y social, con bajada del 7% en IRPF a quienes ganen menos de 35.000 al año (1,9 millones de valencianos), agilización de licencias para negocios, y garantía de libertad educativa y eliminación de listas de espera sanitarias. Cantó, parecido a Bonig: defensa de las libertades, eliminación de listas de espera, rebaja de impuestos … pero incidiendo especialmente en un ajuste general del gasto de la Generalitat.

Ximo Puig propone garantizar la convivencia y el empleo, y no privatizar servicios públicos. Martínez Dalmau aboga por un plan de vivienda. Oltra defiende que sólo su grupo votó contra el acuerdo para los cítricos de Sudáfrica y polemiza con Cantó, que mueve la cabeza. Cuando Cantó vuelve a intervenir y niega la mayor es Oltra quien menea la testa. De lo más entretenido de la sesión.

Bloque de relaciones con el Gobierno

Teniendo en cuenta que las autonómicas valencianas van a coincidir por primera vez con las elecciones generales tiene especial interés saber qué relaciones plantean los candidatos entre el Consell y el Gobierno de la nación. Y si no se diera esa coincidencia electoral, también tendría interés. Así que allá vamos:

Oltra afirmó la independencia de Compromís respecto de Madrid y Barcelona, e insistió en el conocido hartazgo de los valencianos en materia de infrafinanciación, deuda e infraestructuras. Y aseguró que quien quiera el voto de Compromís para formar gobierno tendrá que firmar un calendario para la financiación y las infraestructuras, y la suspensión del pago de los intereses del FLA.

Puig echó la culpa de la infrafinanciación al modelo Zaplana y de las infraestructuras a la alianza extraña de independentistas y derecha para tumbar los PGE de Pedro Sánchez. Martínez Dalmau abogó por completar el cambio, cosa que sólo puede suceder si Podemos está en ambos gobiernos. Y le recuerdó al PSOE que fuera del gobierno dice una cosa y dentro hace otra.

En el otro bloque, Cantó culpó a PP y PSOE de la infrafinanciación. Bonig proclamó la lealtad del PPCV con España, prometió “unidad, responsabilidad y firmeza”, reconoció que los PGE de Rajoy no eran justos con la Comunidad Valenciana, y recordó que ella sí pidió “y firmé” la reforma de la financiación (que viene de 2009 con José Luis Rodríguez Zapatero) a Mariano Rajoy, a la que ahora Sánchez ha renunciado.