| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez y Susana Díaz, en julio del año pasado en el Congreso del PSOE-A.
Pedro Sánchez y Susana Díaz, en julio del año pasado en el Congreso del PSOE-A.

Susana prepara la guerra al enterarse de lo que trama Pedro Sánchez en Andalucía

Ferraz ha autorizado este miércoles el adelanto de las primarias para los candidatos del PSOE-A a las municipales. La presidenta controla el aparato pero los sanchistas quieren su cuota.

| Javier Ruiz de Vergara España

Como si de una especia de dejá vú se tratara, de un bucle, la tregua en el PSOE puede estar a punto de terminar. El susanismo y el sanchismo, etiquetas que parecían enterradas pero que solamente estaban guardadas en un cajón, van a reabrir en las próximas semanas sus hostilidades. Y, además, el detonante de este nuevo enfrentamiento se va a producir precisamente en Andalucía, con las primarias para la designación de los candidatos del PSOE-A para las elecciones municipales del año próximo.

Este miércoles, Ferraz autorizó el calendario propuesto por los socialistas andaluces para elegir a los cabeza de lista antes del verano en primarias, donde sólo podrán participar los militantes de la formación. La decisión responde a una petición expresa de Susana Díaz, que quiere que sus candidatos en aquellos municipios donde los socialistas están en la oposición tengan el tiempo suficiente para darse a conocer antes de entrar en la campaña de esos comicios, que se celebrarán en mayo.

Es el caso, por ejemplo, de Cádiz, Málaga, Jaén y Almería, donde los socialistas no tienen la alcaldía. Así, el proceso para elegir a los cabeza de lista a las alcaldías de municipios de más de 20.000 habitantes se abrirá a primeros de mayo, con la celebración de las votaciones el 17 de junio.

Según fuentes del PSOE andaluz consultadas por ESdiario, Díaz y su número dos, Juan Cornejo, esperan "que Ferraz dé la batalla para colocar a sus afines en el mayor número de listas posible". Pero Sánchez va a chocar con la fortaleza del susanismo en su territorio. Y es que la presidenta de la Junta mantiene el control del PSOE en todas las provincias, ya que todos los secretarios generales le son afines.

La estrategia de Sánchez tras vencer en el 39 Congreso Federal pasó por no plantear batalla en el congreso regional de julio pasado, para concentrar sus esfuerzos en darla en las elecciones a las secretarías provinciales. Sin éxito alguno.

Y es que los susanistas copan ahora un puesto clave para la elección de candidatos. José Luis Espejo (Málaga), José Luis Sánchez Teruel (Almería), José Entrena (Granada), Verónica Pérez (Sevilla), Irene García (Cádiz), y Antonio Ruiz (Córdoba) son todos leales a la lideresa.

De esta forma, el potente aparato del PSOE-A va a estar a disposición de Díaz, en la guerra que se avecina con el otro referente del socialismo andaluz, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, miembro de la Ejecutiva de Sánchez, secretario de Política Institucional y enemigo confeso de la presidenta andaluza.

Una guerra agravada por los ingentes intereses económicos que el PSOE va a tener en los comicios de 2019, en los que se juegan miles de cargos públicos y de funcionarios que dependen del partido. Y frente a Podemos y un pujante Ciudadanos.

 

Pedro Sánchez, junto a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, su hombre fuerte en el socialismo andaluz.

 

Y a esta batalla que se avecina por un acomodo en las candidaturas llega Sánchez con los peores síntomas, por los continuos desplantes que le ha dedicado Díaz desde su derrota en las primarias. El PSOE-A ni siquiera invitó formalmente a Sánchez a su Congreso regional.

Tampoco acudió la presidenta andalza a la primera asamblea con militantes que el secretario general celebró en Sevilla el pasado 23 de enero. Y para más inri, delegó la función de anfitriona en Verónica Pérez, la que se autoproclamó "única autoridad del PSOE" tras el golpe palaciego contra Sánchez.

El último plantón de Díaz fue aún más comentado. Arruinó la fotografía de la reconciliación que Sánchez anhelaba en la cita que con más mimo ha preparado Ferraz desde el 39 Congreso: la llamada Escuela de Buen Gobierno que celebró los pasados 14, 15 y 16 de marzo. La presidenta de la Junta alegó "problemas de agenda". Un desaire que no gustó nada al entorno del secretario general.

Las primarias andaluzas van a ser el primer laboratorio de lo que Ferraz pretende hacer de cara a las listas de las próximas generales, más aún cuando en el Congreso apenas 15 de los 85 diputados socialistas son afines a Sánchez. Díaz se la juega en su bastión. Y piensa dar batalla si hay "intrusismo".