| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Así es Kim Jong Un, el proclamado "hombre más sexy" de Corea

El extravagante líder norcoreano ha sido domado por Trump, pero acumula trienios de excesos familiares, crueldades y un incesante peligro para el mundo. Éste es su perfil.

| Rafa Rodríguez Opinión

Cuando Kim Jong Un nació, España ya había celebrado su mítico Mundial de Fútbol en 1982. Él vio la luz un 8 de enero de 1983, predestinado a 'reinar' algún día en Corea del Norte, tal vez el país más pobre que mejor ha aterrado nunca al mundo.

Su encuentro con Donald Trump es un choque de trenes en un único aspecto: ambos han destacado por sus frivolidades, un aspecto peculiar y un discurso políticamente incorrecto que obviamente, en el caso del mandatario americano, incluye sin embargo una férrea defensa de los valores occidentales y de la democracia internacional.

El padre de Kim mataba de hambre a los coreanos y se cogía un avión privado para ir a un McDonalds

Del sátrapa norcoreano no se puede decir lo mismo y su ego sólo es superado por su tiranía y sus caprichos. Cuenta de él la leyenda que, coincidiendo precisamente con el Mundial hace unos años, hizo proyectar en la televisión pública del país un viejo partido de la selección local para simular que el equipo nacional estaba compitiendo en directo con los mejores. No es de extrañar en quien se hizo elegir, por la prensa del régimen, como uno de los hombres más sexys del mundo.

En la estela de un padre terrible

¿Pero quién es Kim? ¿Es un peligro real? ¿Sus astracanadas forman parte de una estrategia de comunicación, ciertamente peculiar, o es así de extraño e imprevisible? Bucear en la trayectoria del despiadado Jong Un, el hombre que vio cómo su tío era despedazado por perros cuando intentó suceder a su padre en un trono reservado para él,  no es sencillo. Pero algunas escenas ayudan a conocerlo.

 

 

Kim Jong Il es el gran patriarca del clan, el menor de Kim y el feroz presidente de Corea del Norte hasta su muerte en 2011. De él lo aprendió todo, especialmente su crueldad: en sus primeros cinco años de mando, el dirigente norcoreano ejecutó a más de 70 personas de su entorno. Asesores, militares y políticos cayeron ajusticiados para dar ejemplo.

Los excesos del mandatario empequeñecen casi al lado de los de su padre. Hacía viajar a su cocinero por todo el mundo buscando los mejores productos para comer él en un país donde imperaba el hambre; guardaba 100.000 botellas de cognac francés en una bodega de sultán y se permitía usar un avión privado para presentarse repentinamente en Tokio a devorar una hamburguesa de McDonalds.

De amenaza en amenaza

De esa insólita capacidad para el exceso saca Kim la suya propia, casi tan desmedida como la de su progenitor, y orientada al discurso bélico: desde declarar el estado de guerra con su próspero vecino del sur hasta desarrollar incontables ensayos nucleares; todo en el "Brillante camarada", como se hace llamar, ha sido intimidación y amenazas hasta medirse con Trump, tal vez el único con la misma lengua y bastantes más misiles.

Educado en Europa, trilingüe con el inglés y el alemán como idiomas anexos al propios, aquel mozalbete rechoncho nacido al año del ínclito Naranjito, no ha llegado a contar cada uno de los granos de arroz que como en un almuerzo, como sí hizo su padre, pero ha logrado algo peor: hacer verosímil una amenaza nuclear mundial. Al menos hasta la entrada en escena del domador Trump.