| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Gómez y Carmona, dos víctimas del secretario general del PSOE.
Gómez y Carmona, dos víctimas del secretario general del PSOE.

La venganza de Carmona y Gómez en el PSM amenaza el futuro de Carmena

Parte del socialismo madrileño, el no alineado con la secretaria general, se lleva las manos a la cabeza con lo que está ocurriendo en el Ayuntamiento de Madrid con la complicidad de ellos.

| Antonio R. Naranjo España

“Por dentro es peor, mucho peor aún de lo que parece fuera”. Quien así habla es un dirigente histórico del PSOE, y se refiere al Ayuntamiento de Madrid y al Gobierno de Manuela Carmena, abonado a pisar todas las cáscaras de plátano que se encuentra en la acera.

El diagnóstico hace aún más irresponsable el mantenimiento del apoyo a un Gobierno que prácticamente ofrece un espectáculo diario y que carece de unidad, cohesión y un mínimo de seriedad en asuntos esenciales como la economía y en otros simbólicos como la cultura. Y que, conviene recordar, está encabezado por alguien que no ganó las elecciones, por muy buena imagen que doña Manuela sea capaz de conservar con habilidad personal y el impagable apoyo de algunas televisiones.

En parte del PSOE se es consciente del contrasentido y del daño que le está haciendo a Madrid. Y tienen pensada una solución: entrar en el Gobierno, con la mayor celeridad posible, y tratar de poner orden asumiendo carteras de peso y la Vicealcaldía, según el plan inicial de Antonio Miguel Carmona que Ferraz desechó, imponiendo un apoyo gratuito a Carmena para intercambiar cromos en otras latitudes y sembrar ‘amistad’ de cara a las generales.

Pero esto no ocurrirá si Pedro Sánchez llega a La Moncloa y Sara Hernández, alcaldesa de Getafe, se mantiene al frente del PSOE madrileño. “Para que podamos cambiar el ritmo en el Ayuntamiento, tiene que haber un cambio de liderazgo en el partido”, aseguran fuentes socialistas, muy próximas a Susana Díaz, a la que señalan para todo: como secretaria general si hay Congreso en mayo o, si al final se pospone por repetición de las elecciones generales, como aspirante a la Presidencia del Gobierno.

Tiene que caer Ferraz para que el PSOE cogobierne en Madrid, probablemente resucitando a Carmona como número dos de Carmena. La otra opción es que, llegado el momento, el PSOE se abstenga en una hipotética moción de censura que llevara a alguien del PP o incluso de Ciudadanos a la Alcaldía.

No es algo que los socialistas díscolos barajen, y mucho menos los alineados con la dirección del partido. Pero tampoco hay que descartar nada en función de cómo acaben los pactos electorales para formar Gobierno de España ahora o tras otro paso por las urnas en dos meses.

“Lo peor no es los espectáculos con la Cabalgata y cosas de ese tipo que molestan mucho a la gente”, explican desde dentro del Ayuntamiento, “lo más negativo es el ‘mamoneo’ que se empieza a percibir, el amiguismo y eso de contar sólo con los amigos, en los distritos, las organizaciones y los proyectos municipales”. Quien denuncia esconde la mano, pero tiene un saco de piedras que, se intuye, irán saliendo poco a poco. El bochorno con los títeres es sólo el penúltimo.

El acceso o no del PSOE al Gobierno local irá parejo a las novedades que se van a vivir, sí o sí, en el PSOE madrileño. Si nada cambia, el Congreso regional será en la primera quincena de julio, y sólo hay dos opciones: o sigue Sara Hernández, la alcaldesa de Getafe auspiciada por Pedro Sánchez y enfrentada con caso todos los demás; o se impone la vendetta de Tomás Gómez y, con el impulso de Susana Díaz, uno de los suyos toma el control del antiguo PSM.

El diputado Juan Segovia y el propio Antonio Miguel Carmona son los nombres que más suenan en la disidencia frente a Ferraz, pero no debería descartarse una tercera vía sin identidad definida que integrara a toda la oposición al ‘sanchismo’, variada, numerosa y con sed de sangre.