| 21 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

El parte de guerra de Pedro Sánchez: el bochorno diario de la coalición insomne

El 8-M y la crisis del coronavirus han hecho saltar las costuras de un Gobierno de coalición que nació forzado y gestiona ahora con recelo recíproco de sus socios.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

 

 

La coalición gubernamental se resquebraja de forma alarmante. Sin siquiera cruzar el Rubicón de los dos primeros meses de vida, las grietas se han abierto de forma abrupta, evidenciando la incapacidad de dejar atrás sus desencuentros pasados. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se las prometieron felices con su proclama de un Gobierno con “varias voces, pero una única palabra”.

Incluso firmaron un protocolo preventivo, además de crear un órgano para evitar colisiones internas. Quizá eso fue la mejor prueba de la complejidad de la tarea que tenían por delante. Porque si un Gobierno jamás resulta un bloque monolítico, sino un cóctel de distintas sensibilidades, a menudo enfrentadas, más aún lo es una entente entre dos socios en clara competencia por ganar terreno partidista en el mismo espacio.

El temor a que una de las dos partes tome la delantera sobre la otra sobrevuela constantemente al PSOE y a Unidas Podemos. Son conscientes de su necesidad de garantizar la estabilidad para su propia supervivencia, aunque al mismo tiempo hacen cálculos sobre cuál de las dos cuotas logra rentabilizar éxitos o asume el coste de los fracasos. Con esa frivolidad actúan los estrategas monclovitas: su idea de gestionar un país está demasiado orientada hacia el paso corto.

La bronca por el anteproyecto de la Libertad Sexual ha sido el paradigma de una estúpida concepción del servicio público. Todos a contrarreloj para llegar al 8-M colgándose la medalla de la bandera feminista.

 

 

Más alarmante es el choque por una cuestión de salud pública como la crisis del coronavirus. La Moncloa se ha visto obligada a reivindicar las directrices de Sanidad frente a Trabajo, cuya máxima responsable, Yolanda Díaz, actuó de forma unilateral con su guía para empresas y trabajadores. Palabras mayores.

El poder por el poder

Antes toparon también por quién llevaba la voz cantante con los agricultores. Vuelan los golpazos. Y, claro, todas las miradas se posan en Carmen Calvo. Ella sería la encargada de la coordinación del Gobierno.

Claramente se le está yendo la situación de las manos. Sánchez puede elegir vivir atrincherado en el Palacio de La Moncloa esperando cada mañana el “parte de guerra”, claro, pero el guirigay actual de su gabinete sólo tiene un camino: el desgaste institucional, que alimentará los peores instintos de unos y otros. Asistimos a la más cruda lógica del poder por el poder.