| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Kiko Rivera no gana para disgustos en Twitter
Kiko Rivera no gana para disgustos en Twitter

Kiko Rivera se impacienta en Twitter y los haters hacen su agosto a su costa

El hijo de la tonadillera Isabel Pantoja, que prepara su boda con Irene Rosales, ha dejado claro que ya no puede más. Su imperiosa necesidad ha hecho que suba un twit no exento de polémica.

| Redacción Chismógrafo

 

Será el próximo ocho de octubre cuando Kiko Rivera e Irene Rosales se darán el sí quiero. Una jornada que no solo la familia espera con gran ansiedad, sino también los medios de comunicación que, sin ningún género de dudas, daremos habida cuenta de todo lo que suceda. Sobre todo de lo que no suceda. Y es que las ausencias en el día más importante del DJ podrían convertirse en lo más destacado. Y es que todavía no está demasiado claro que su hermana Chabelita de su brazo a torcer para acudir a la ceremonia. Las últimas declaraciones de Kiko en la revista Hola, le produjeron tanto dolor que, según ha podido saber ESchismógrafo, le han hecho plantearse su presencia. Los maledicientes, en cambio, creen que esta pirueta de la joven no es más que una excusa para no participar en la exclusiva que prepara su hermano.

Pero lejos de parecer nervioso ante la que se le avecina, el hijo de Isabel Pantoja afronta las últimas semanas antes de casarse de lo más tranquilo. Entre bolo y bolo -el último tuvo lugar en Zamora y fue un éxito de crítica y público- Kiko busca seguir "decorando" su cuerpo. Quiere hacerse un nuevo tatuaje con el que sorprender a sus seguidores pero se ha encontrado con un imprevisto que, al parecer, le genera gran inquietud: todos los tatuadores de Sevilla han cerrado por vacaciones. Y, claro, la mejor opción ha sido compartir con sus followers que no entiende lo que está sucediendo. 

 

Lo que no imaginaba Kiko es que su confesión cibernética iba a acarrearle tantos quebraderos de cabeza. Sus haters han decidido hacer su agosto con todo tipo de comentarios acerca de sus "problemillas", llegando a insinuar que son los profesionales del tattoo los que huyen de dibujar su piel y que, por tanto, no responden a sus llamadas telefónicas.