| 10 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rajoy y el presidente catalán, Carled Puigdemont, durante su última entrevista en La Moncloa
Rajoy y el presidente catalán, Carled Puigdemont, durante su última entrevista en La Moncloa

La verdadera razón por la que Rajoy ha querido "seducir" a Convergencia y PNV

El sorprendente desenlace de las votaciones para la constitución de la Mesa del Congreso tiene a muchos dirigentes políticos con la mosca detrás de la oreja.

| Javier Ruiz de Vergara España

"Es la economía, estúpidos". La frase que con la que Bill Clinton desarboló en la campaña presidencial norteamericana a George Bush padre planea sobre el intrincado laberinto en el que se ha convertido la política española desde las elecciones del 20D. Cuentan quienes han hablado en los últimos días con Mariano Rajoy, y así se ha empeñado el presidente en funciones en enfatizarlo en sus últimas comparecencias públicas, que en La Moncloa un asunto preocupa mucho más que la propia investidura del líder del PP.

Las conclusiones que Rajoy ha escuchado en las últimas semanas por boca de su vicepresidente económico Luis de Guindos de lo que "se cuece" en Bruselas y el "arqueo de caja" que también le ha traslado su fiel ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han llevado a un análisis contundente al equipo del presidente: si España no logra en agosto aprobar el techo de gasto que permita alumbrar en septiembre los presupuestos para 2017 habrá en nuestro país un "drama nacional".

Rajoy ha dado un paso más allá: prepara la aprobación de los presupuestos convencido de que la investidura saldrá adelante

Techo de gasto y presupuestos que se han convertido en una obsesión para Rajoy, convencido de que investidura, tarde o temprano, la tendrá que haber. Porque en el PP todos están convencidos que unas terceras elecciones no sólo acabarían con la carrera política de Pedro Sánchez sino, probablemente, con el futuro del PSOE como partido político nacional.

El giro que ha desconcertado al PP ... y al PSOE y Podemos

Tras la sesión de constitución de las Cortes este martes y el acuerdo entre PP y Ciudadanos para llevar a la ex ministra Ana Pastor a la presidencia del Congreso, el desconcierto recorre las filas entre muchos populares pero, más aún, entre los socialistas y los dirigentes de Podemos.

La cesión del PP al PNV de uno de sus representantes de la Mesa del Senado y la rocambolesca y no reconocida abstención en el Congreso de diez diputados procedentes del nacionalismo vasco y catalán han desarbolado a muchos, pero no a los pocos que estaban en las negociaciones entre bambalinas y al intercambio de llamadas telefónicas que se han mantenido, con discreción absoluta, desde el 26J.

La llamada que al día siguiente de los comicios Rajoy recibió de la canciller Angela Merkel pudo tener mucho que ver. Lo cierto es que desde entonces, Rajoy ha tejido una estrategia destinada a despejar el camino a las cuentas públicas del año que viene. Con Ciudadanos, el presidente ha pactado la composición de la Mesa del Congreso y está seguro que logrará que Rivera facilite finalmente su investidura. "Quién se lo tiene que decir a Ciudadanos, se lo dirá", se ironiza en las filas populares.

Unas mismas filas populares en las que ahora se empieza a entender el inusual formato de la entrevista que Rajoy mantuvo en su ronda de contactos para la investidura con el portavoz de Convergencia, Francesc Homs. Homs fue el único líder parlamentario que fue en secreto a La Moncloa y de cuya entrevista nadie informó.

En concreto, Rajoy negocia una abstención de PNV y CIU a los próximos presupuestos a cambio de partidas racionalmente asumibles y, en el caso de Cataluña, de un nuevo sistema de financiación autonómica que el Gobierno ya ha anunciado que esta dispuesto a plantear. "Rajoy está haciendo de Aznar en el 96", explicaba este miércoles un diputado del PSOE para explicar el giro de los nacionalistas. De momento, la vicepresidenta ha convocado este jueves por la tarde a al vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, a una reunión en La Moncloa.

Sin embargo, Rajoy es consciente,-y así lo ha trasladado a los suyos-, que estas negociaciones no tienen nada que ver con las de la investidura, en las que el PP espera un no rotundo de PNV -reiterado este miércoles de forma enfática por su portavoz Aitor Esteban-y CIU. Para este trámite se sigue confiando en el sí de Rivera y la abstención de Sánchez.

Pero, se recuerda desde fuentes populares consultadas por ESdiario, que en octubre es posible que Urkullu necesite un socio para seguir en Ajuria Enea y Puigdemont otro para superar la moción de confianza a la que se ha comprometido tras su brecha con la CUP.