A Gabriel Rufián se le cae "la careta" en La Sexta y en TVE: se masca la tensión

Ahora que ya casi se puede acariciar el fallo del juicio al procés, señala Ana I. Sánchez en su columna de ABC que casi se puede "oler el miedo de Oriol Junqueras, Carme Forcadell y compañía" que llevan ya casi dos años "entre rejas" demostrando "que el sistema funciona".

A su juicio, no faltarán críticas desde el independentismo sea cuál sea la sentencia pero "los constitucionalistas deberíamos respetar el criterio del Supremo, nos parezca blando o duro, a la vista del rigor, profesionalidad y transparencia vistos durante el juicio".

Lo que no tiene tan claro es que el PSC no saque de nuevo los pies del tiesto porque a las puertas del 10-N "a Miquel Iceta le costará no coquetear con la idea del indulto, por mucho que Pedro Sánchez se lo haya prohibido estos días".

Precisamente en este sentido, recuerda, "Cayetana Álvarez de Toledo lanzó un buen zasca al presidente interino al advertirle de que el constitucionalismo es una política y no "una reacción puramente oportunista, por conveniencia electoral, cuando parece que los sondeos vienen mal dados".

Según la periodista, no solo puede olerse el miedo de los presos sino que también "se masca la tensión de los líderes independentistas ante el fallo"; "aún no saben cómo conjugar esas expectativas infladas con la realidad de que la unilateralidad es un callejón sin salida. Y no hay otra vía rápida. La sentencia del Supremo puede ser una oportunidad para el secesionismo pero también un nuevo pinchazo. Todo dependerá de la reacción de los catalanes según dos incógnitas: cuántos se movilizan y durante cuánto tiempo". 

Para Ana I. Sánchez lo que mejor transmite la preocupación que late en el secesionismo "es el lavado de imagen que Gabriel Rufián ha iniciado en las televisiones nacionales. Reconvertido desde hace unos meses en político moderado, se paseó por TVE y La Sexta la semana pasada con un discurso prefabricado de pacifismo e igualdad".

Así, "dijo que la violencia es inaceptable. Pero cuando hace dos semanas arrestaron a los presuntos CDR con explosivos denunció que España es "un país en el que se detiene a gente de madrugada para buscar pruebas en su contra".

O lo que es lo mismo: "El republicano condenó la operación y no la tenencia de material peligroso".

A pesar de ello, "el nuevo Ghandi también dice ahora que su objetivo máximo es la igualdad, pero se le olvida mencionar que solo entre los catalanes separatistas. No solo promueve la independencia de una región rica para poner fin a su solidaridad con otras más pobres, sino que considera que los constitucionalistas nacidos en Cataluña tienen menos derechos".

En conclusión: "A ojos de Rufián no solo carecen de legitimidad para dialogar con el separatismo sobre el destino de una tierra que pertenece a todos ellos sino que, aún siendo mayoría, tienen que aceptar la imposición de la independencia. ¡Perdón de nuevo! Se me olvidó que ahora que acariciamos el fallo del procés ya no le dejan decirlo".