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Isabel Pantoja, traicionada por su hija, tira la toalla y maldice los esfuerzos
Es una mujer y madre herida. No entiende tanta alevosía pública por parte de la niña por la que lo dio todo. Su última entrevista ha provocado que haya un antes y un después.
Isabel Pantoja ha dicho basta. No entiendo la humillación pública de su propia hija. Está cansada del azote mediático en el que se ha convertido la niña por la que lo dio todo. Por la que se metió en el ojo del huracán con una adopción de lo más polémica y, sobre todo, a quien colmó de todas atenciones y parabienes. Porque en contra de lo que muchos pueden creer, la díscola Chabelita siempre fue la protegida de la tonadillera, en quien puso todas sus ilusiones. En quien confío todos sus anhelos.
Pero la joven Isa le ha vuelto a fallar. La madre peña en silencio la traición inimaginable, su falta de tacto, su contraindicada sobreexposicion. No es para menos. Su sentimiento es el de una madre herida que percibe como su pequeña le sigue bajando en su lista de los afectos. Por delante de ella, la incómoda Dulce, su novio Alejandro, su amigo Sema y la irónica Maca con la que forma un tándem de lo más cómico. Todos pasan por delante de ella en una guerra sentimental en la que ya combate incluso la madre de su novio.
Pantoja sabe que ha perdido a su hija. Y lo peor es que parece que no tiene fuerzas para conquistarla de nuevo. Me insisten en que la entrevista en Lecturas ha sido la gota que ha colmado el vaso. Es el desapego hecho papel. La demostración de que Chabelita se queja entre cheques al portador. Porque, me dicen, si quisiera un acercamiento familiar lo labraría sin que fuera necesaria la etapa de barbecho. ¡Se avecina un verano frenético!
