| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en la presentación del nuevo Plan de Cercanías 2017-2025.
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en la presentación del nuevo Plan de Cercanías 2017-2025.

El ministro que fomenta "cercanía" institucional con la Comunidad Valenciana

Obras son amores y no buenas razones. De momento de “amores” con el ministro De la Serna vamos bien, y de “cercanía” no parece que vayamos mal.

A falta de concreción en los presupuestos generales del Estado que es donde se tiene que comprobar que el infierno no está empedrado de buenas intenciones, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha hecho uno de esos anuncios que, como los del fichaje de algún jugador de campanillas, generan ilusión en la afición: habrá por fin dinero en cantidad estimable para las Cercanías valencianas, un servicio que usan a diario 65.000 valencianos, y cuya transferencia Ximo Puig llegó a anunciar que pediría al Gobierno en febrero de 2016.

Tantos años por tanto reivindicando que las capitales valencianas contarán con atención gubernamental -o descentralización- en esta partida, y por fin ha llegado el día. El ministro cántabro ha prometido 1.440 millones de euros en 8 años para:

- Mejora de la Calidad de las Cercanías en la Comunidad Valenciana, con sus trenes, estaciones e infraestructuras renovadas

- Tren de la Costa (de momento desde Gandía hasta Oliva. El sábado 5.000 personas reclamaron esta infraestructura en Oliva)

- Conexión de Alicante con El Altet

- Tramo Valencia-Castellón del Corredor Mediterráneo (ya anunciado previamente, pero por si acaso se nos había olvidado)

Estos planes afectan directamente a Renfe y Adif y responden al llamado “Pacto de Benissa”, que no es otra cosa que el llamamiento casi desesperado de los dirigentes del PP valenciano a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en la visita que ésta cursó a la zona, el pasado mes de septiembre, con ocasión de la reanudación de las obras de la variante de la N-332.

Allí se le instó a acabar con el olvido a los valencianos (financiación e infraestructuras) para quitar banderas a la izquierda y dar discurso a los populares, antes de que electoralmente (la justicia de la reivindicación resultaba poco cuestionable) fuera demasiado tarde.

Hay un antecedente de pacto de buenas intenciones con el que empedrar el averno, en 2010, cuando era ministro José Blanco y presidente valenciano Francisco Camps. Quedó en poco menos que nada.

A partir de hoy hay un nuevo compromiso, formulado ante un auditorio en el que han estado presentes el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, el delegado del Gobierno Juan Carlos Moragues, y los presidentes de AVE, CEV, la Cámara de Comercio o la Cámara de Contratistas.

Y ha sido concretar el compromiso, y comenzar la guerra declarativa. Isabel Bonig (PP) pide a la Generalitat que aporte un esfuerzo equivalente al del Ministerio para otras infraestructuras (ella ha cifrado el del Estado en 600 euros por valenciano y el de la Administración Autonómica en 7 euros per cápita), y Ximo Puig ha demandado que en planes que exceden la legislatura se tenga en cuenta a la Generalitat.

La inversión, en detalle

La Comunidad Valenciana recibirá -si se cumple lo anunciado por el ministro- un total de 1.081,82 millones de euros a través de Adif en renovación y modernización de la infraestructura existente, ampliación de capacidad, extensión de la red, nuevas estaciones y otras actuaciones tanto en el núcleo de Valencia-Castellón (958,96 millones) como en el de Alicante (122,86 millones). Estas actuaciones se completarán con las previstas a través de Renfe para llevar a cabo actuaciones en el material rodante, con renovación de trenes, estaciones y mejora de servicios, que suponen una inversión de 354,73 millones de euros, de los que 215,30 millones son para el núcleo de Cercanías Valencia-Castellón y 139,43 millones para el de Alicante.

El nuevo plan de actuación sobre los servicios ferroviarios contempla la primera fase del tren de la Costa que incluye la duplicación de la vía entre Cullera y Gandia y la prolongación de la conexión férrea hasta Oliva. En total, serán 259 millones los que se invertirán para la primera fase de la conexión litoral y, por tanto, de la prolongación de la C-1. 

Entre las novedades, para mejorar los tiempos de viaje, también se incluye la duplicación de los 26 kilómetros de vía única entre Cullera y Gandia y el desdoblamiento de los 43 kilómetros de vía única entre Sant Isidre (València) y Buñol, que será las actuaciones más costosas.

Además, también se contempla la renovación del tramo Sagunto-Caudiel (C-5) o la renovación de la vía entre Pobla Llarga-Silla o Xátiva-L'Alcúdia (C-2). De la Serna ha explicado que el plan de Cercanías incluye la supresión de limitaciones temporales de velocidad, que afectan al estado de la vía y a los tiempos de viaje (la C-3, por ejemplo, ganará 11 minutos cuando se ejecuten las obras); y la eliminación de pasos a nivel.

Asimismo, el ministro de Fomento ha ratificado "todos los plazos y compromisos" del Ejecutivo central con el Corredor Mediterráneo, que "sigue siendo una de las grandes prioridades políticas, sociales y económicas del Gobierno de España". Y ha recordado que se acaba de alcanzar "un hito importante" para esta infraestructura, como es la finalización hace escasos días de las obras del tramo Tarragona-Vandellós, que ya han iniciado el periodo de circulación en pruebas.

La previsión es que el grueso de todas estas obras (unas 40) se desarrolle hasta 2022 y el resto (5 obras) hasta 2025, ya que necesitan fase de evaluación de impacto ambiental, según ha detallado el ministro.