El líder de Podemos renuncia a estar como vicepresidente en un Ejecutivo "progresista" con tal de que su partido pueda tener un hueco. Atrás quedan las exigencias de otros tiempos.
Pablo Iglesias ha cambiado el rumbo. De pedir una Vicepresidente y varios ministerios estratégicos en enero a quitarse de enmedio para sacar adelante un gobierno "a la valenciana". El líder de Podemos ha sido claro: "Estoy dispuesto a no estar en él".
En poco más de dos meses Iglesias ha aparcado las reivindicaciones maximalistas para dar un paso atrás. Lo cierto es que algo se presagiaba en el ambiente después de ver el paseíllo por el Congreso y sus aledaños de esta mañana con Pedro Sánchez.
Un Iglesias totalmente diferente al de enero, e incluso al que lanzó la "cal viva" dialéctica sobre los escaños socialistas hace un mes, ha reconocido respecto a Sánchez que "en su partido causa mucho rechazo que yo esté en ese gobierno", según le ha transmitido el secretario general del PSOE.
El máximo dirigente de Podemos, bajo la frase de "creo que en política hay que ceder", ha dado un giro sorprendente al descartar sumarse, de forma personal, a un posible Ejecutivo "progresista" en el que sí habría miembros de su formación.
Tras lo sucedido en las últimas semanas dentro de Podemos, las interpretaciones han comenzado a volar. Desde el partido morado han señalado que ahora la pelota está en el tejado de Sánchez y de Albert Rivera.