| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Charo Reina recurre al Constitucional contra Pantoja y María del Monte

"De lo único que me arrepiento es de ir, durante una etapa de mi vida, a tantos programas de televisión para hablar de los demás", se lamenta, ya demasiado tarde tras un vía crucis judicial.

| Saúl Ortiz Opinión

Malos tiempos para Charo Reina. El Tribunal Supremo ha condenado a la cantante y a Telecinco a abonar, solidariamente, 100.000 euros a la artista María del Monte tras considerar que se ha vulnerado su derecho a la intimidad tras diversas declaraciones en programas de televisión.

A pesar del reciente fallo, Charo, junto a sus abogados, prepara el recurso ante el Constitucional al considerar que ninguno de sus comentarios en televisión son constitutivos de delito alguno: "En ningún caso me entrometí en la sexualidad de María. De hecho, siempre he mantenido que, para mí, lo más importante no es con quien se acueste o se levante nadie".

Tiene razón en sus explicaciones a El Semanal Digital, pues en las intervenciones controvertidas, la cantante se limita a responder que Isabel Pantoja y María del Monte mantenían una amistad de la que desconocía los límites: "No estoy en sus casas para saber más", matizaba con lealtad a las protagonistas con las que, sin embargo, había mantenido importantes desencuentros motivados, en su mayoría, por la omnipresencia de terceras personas: "De lo único que me arrepiento en todo esto es de ir, durante una etapa de mi vida, a tantos programas de televisión para hablar de los demás", remata consternada ante el varapalo judicial.

Sorprende el barómetro empleado, la casi hilarante incoherencia que resulta condenar a quien, según el magistrado, se ha entrometido en la vida íntima de María del Monte, una cantante con proyección pública que, innegablemente, ha tenido un vínculo afectivo con Isabel Pantoja del que, incluso Kiko Rivera se ha pronunciado públicamente. En los anales gráficos persisten aquellas instantáneas en las que, como dos adolescentes, Isabel y María juegan en el agua del Mediterráneo con evidente complicidad.

Me pregunto si Del Monte hubiera entrado en barrena torera si se hubiera insinuado que mantenía un idilio con Bertín Osborne. Apuesto a que su habitual silencio público (que nunca privado) hubiera dado paso a una carcajada sonora y un desmentido casual que nunca hubiera acabado en demanda. Tal vez hubiera actuado con una normalidad anómala, sin darle importancia a lo ocurrido. Porque lo que, a mi parecer, se esconde tras este caso es una homofobia intolerable que evidencia el atraso social. Ser homosexual no es ningún delito.