| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Aprobadas la “tasa Google” y la “tasa Tobin”, que nos cojan confesados

El gobierno de coalición ha aprobado el nuevo impuesto digital ('tasa Google') y el que gravará las transacciones financieras ('tasa Tobin'). La recaudación esperada baja más de un 11%.

| ESdiario Economía

El Consejo de Ministros ha dado el visto bueno al nuevo impuesto digital y al que gravará las transacciones financieras, conocidos como ‘tasa Google’ y ‘tasa Tobin’, cuyos proyectos de ley decayeron en la pasada legislatura ante el adelanto electoral. Eso sí, la recaudación prevista baja más de un 11% frente a lo que se anunció, que era un engaño para incautos, y alegan que es consecuencia de la ralentización económica que padecemos.

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha intentado buscar respaldo diciendo que se enmarcan en las prácticas fiscales defendidas por las autoridades europeas y que tratan de responder a las nuevas realidades y los nuevos negocios derivados del mundo digital. La realidad es que este movimiento fiscal llega sin embargo impuesto por el acuerdo de gobierno entre PSOE y Podemos, que incluía la aprobación de ambos impuestos, con los que el Ejecutivo esperaba recaudar 2.050 millones de euros.

Ahora que hay que aterrizarlo, la previsión se reduce a 1.818 millones, un 11,3% menos tras el cambio en la estimación de ingresos con la ‘tasa Google’. La recaudación prevista para la ‘tasa Tobin’ se mantiene en 850 millones de euros, si bien los ingresos que se calculan con la ‘tasa Google’ se han reducido a 968 millones, unos 232 millones de euros menos, tras ver la experiencia de otros países que ya lo han implementado.

El nuevo Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, conocido como ‘tasa Google’, gravará aquellas empresas con ingresos anuales totales de, al menos, 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los 3 millones de euros.  En concreto, en línea con la propuesta que en su día hizo la Comisión Europea, gravará el 3% de los servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos. 

El impuesto que aprobará el gobierno es similar al que aprobó Francia el año pasado pero cuya entrada en vigor ha paralizado tras alcanzar un acuerdo con Estados Unidos, que había anunciado la imposición de aranceles a productos franceses por considerar que este impuesto digital penalizaba principalmente a los grandes gigantes tecnológicos de Estados Unidos, como Amazon, Google o Facebook.

De momento, el país galo, que ha visto las orejas al lobo, aplaza el impuesto hasta que se pacte uno a nivel internacional en la órbita de la OCDE y la Administración Trump también paraliza los aranceles contra productos franceses. Lo que está por ver es cómo se tomará Estados Unidos este nuevo impuesto en España y si aplicará nuevos aranceles a los productos españoles, como ya hiciera en el caso francés. Verás que risa.

Junto con este impuesto, el Consejo de Ministros ha dado ‘luz verde’ al proyecto de ley que crea el Impuesto sobre las Transacciones Financieras, conocido como ‘tasa Tobin’, que gravará con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero. Se someterán a tributación al 0,2% las operaciones de adquisición de acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. 

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya estimó hace un año que la recaudación de ambos impuestos será muy inferior a lo calculado por el Gobierno, ya que prevé unos ingresos por la ‘tasa Google’ de entre 546 y 968 millones de euros, por debajo de los 1.200 previstos por el Ejecutivo, mientras que por la ‘tasa Tobin’ espera entre 420 y 850 millones, importe también inferior a lo estimado por el Gobierno, que contempla unos 850 millones. Es por ello que no se entiende que se siga insistiendo en este movimiento que puede perjudicar tanto a nuestra economía.