| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La campaña electoral también se planta en las fallas

Los recorridos comisión a comisión, las fotos con los ninots, la participación indirecta en la sátira...forman parte de la tarea de los candidatos a alcalde por los diferentes partidos

| Héctor González Edición Valencia

La comisión fallera barrio de Beteró ha logrado que el ninot L´últim velluter,  de su monumento infantil, sea el indultado este año. De entre todos los que competían por el prestigioso reconocimiento en la ciudad de Valencia, consiguió que la escultura del tejedor Vicente Enguídanos, con su rostro entrañable, se libre del fuego.  ¿Y quién ayudo a inspirar este trabajo? El congresista del Partido Popular Jose María Chiquillo, embajador de la Ruta de la Seda en España y promotor de la recuperación de la tradición sedera y textil valenciana.

 

Y Chiquillo estaba esa noche, la del pasado 14 de marzo, en la carpa de la falla Beteró para celebrarlo.  Junto a más de 300 falleros eufóricos por el hito conseguido y compartiendo mesa con la fallera mayor de Valencia, Raquel Gil, y a la primera teniente de alcalde de Valencia, la socialista Sandra Gómez. Y, al mismo tiempo, y no por transmutación, el congresista y exsenador también se hallaba presente, en este caso con una representación suya con forma de ninot, en la falla Peu de la Creu de Valencia.

 

Allí, bajo el elocuente verset “es la Ruta de la Seda la que Chiquillo ha portat, mentres Ribó en carril-bici ha invadit la nostra ciutat”, se puede contemplar un émulo del político del PP de tamaño real subido a la joroba de un camello y, casi a sus pies, una caricaturización del alcalde de Valencia, Joan Ribó, pedaleando.

 

¿Una carrera hacia la alcaldía? Si algo caracteriza a José María Chiquillo consiste en saber estar en el momento oportuno y en el lugar adecuado. También aparecer, para sorpresa de muchos –que no para la suya- en un puesto destacado de una candidatura en el último momento. Y la del PP en Valencia hasta la fecha presenta muchas incógnitas. Quizás demasiadas para no prever sorpresas.

 

Las Fallas, desde luego, suponen un perfecto escaparate para políticos y aspirantes a serlo, para que se hable o escribe de su persona o labor. Aunque a veces la carga de ironía pueda resultar excesiva para algunos afectados, ninguno las afea. Es más, se enorgullecen de tener su ninot. Saben que constituye una suerte de barómetro de la popularidad que pueden alcanzar. También es cierto que en la citada falla barrio de Beteró al concejal de Cultura Festiva de Valencia, Pere Fuset, lo han representado con una calabaza como cabeza, difuminado, para reflejar los vaivenes de determinadas decisiones.

 

Ciudadanos se prodiga en estas fiestas josefinas. Amparo Picó, su concejal experta en estas lides, lleva ya días de constante ruta comisión a comisión, carpa a carpa. Fernando Giner, su candidato a alcalde –si supera, como parece previsible, el Rubicón de las primarias-, no se pierde una mascletà ni acto alguno de envergadura en los que transmitir su imagen institucional, de alcaldable. En cualquier caso, el tanto principal se lo marca su partido con la visita de su líder nacional, Albert Rivera, mientras que los del resto de formaciones parecen sentir alergia por la pólvora y las alharacas valencianas.  No les dan la importancia que para muchos vecinos y futuros votantes sí la tienen.

 

La citada primera teniente de alcalde, Sandra Gómez, se multiplicará todavía más si cabe para estar, para saludar, para participar, y para competir. En estas fallas todos los aspirantes a alcalde siembran para esa meta electoral que está a un año y dos meses. En concreto, el último domingo de mayo de 2019. Y sus rivales los analizan y tratan de minar, como están realizando, en algunos casos de manera críptica y vía Twitter, dirigentes de Compromís intentando desmerecer la gestión de su principal socio de gobierno, el PSPV. 

 

Mientras, en València en Comú se presupone el liderazgo de María Oliver, que traslada su reivindicación por la igualdad a las Fallas. Poco más. Aunque, en su caso y en el de su partido, como dista mucho de saber si participarán en las elecciones de 2019 con la marca local VLC o como Podemos y quienes formarán parte de la lista, sus rivales parecen no preocuparse demasiado. ¿Será por eso que apenas les critican? ¿O que la sátira de las Fallas los deja de lado?