| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.

El "truco" del PSOE durante 40 años destroza a sus votantes: "No existe, idiota"

Cristian Campos ha llegado a una conclusión que no deja muy bien parado, precisamente, al electorado del Partido de Pedro. El ejemplo no puede ser más gráfico y demoledor al mismo tiempo.

| ESdiario Medios

Cristian Campos no se puede mostrar más rotundo este viernes en su columna de El Español al valorar lo que está haciendo últimamente el PSOE para mantenerse en el poder. De hecho, reflexiona que "cuando dice ser el partido que más se parece a los españoles está suplicando en realidad que España se parezca al PSOE para hacer así más llevadero el trago de mirarse cada mañana frente al espejo. ¿Cómo pactar con Bildu en Navarra si no es convenciéndose de que la mayoría de los españoles haría lo mismo? ¿Si no es convenciéndose de que la mayoría de los españoles prefiere a un xenófobo vasco y catalán, e incluso a Arnaldo Otegi, antes que a Inés ArrimadasBegoña Villacís o Luis Garicano?

A su juicio, "de esta idea puramente putrefacta de los españoles lleva viviendo el PSOE cuarenta años". 

Claro que Campos no es menos duro con el votante socialista: "Lo cierto es que el PSOE conoce bien a su electorado. El votante socialista odia más a PP y a Ciudadanos que a Bildu, ERC, JxCAT, el PNV o Unidas Podemos. Pero necesita que su partido finja rechazarlos porque algún pienso habrá que echarle a su superioridad moral para que carbure a pleno rendimiento".

En su opinión, "tan endebles son los nudos que atan la cosmovisión socialista que buena parte de la energía del partido se va en retorcer los hechos para que estos encajen en su alucinógena narrativa".  A saber, "el PSOE no es un medio para un fin sino un fin en sí mismo y si la realidad, terca ella, se rebela contra el dogma, se psoeiza la realidad a la fuerza". 

La metáfora no puede ser más gráfica: "El PSOE es un árbitro que salta al campo de juego y te sugiere cómo debe acabar el partido: 5 a 0 a favor de las fuerzas del bien. Y luego reinterpreta las reglas (¡no vale pactar con Vox, pero sí con Bildu y Podemos y ERC!), se inventa los penaltis (¡machista!) y se pasa por el arco del triunfo el VAR (¡sólo habrá paz con indultos!) para que la manita se haga realidad".

Al final el autor acaba apiadándose de esos votantes que siguen creyendo en la existencia de un partido llamado PSOE al que le sobran ya la S, la O y la E, y cuya P no es de partido, sino de Pedro, y se pregunta y responde con ironía: "Qué PSOE ni qué PSOE. El PSOE no existe, idiota".