| 17 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Las cinco grandes mentiras de Pedro Sánchez para llegar y sobrevivir en Moncloa

El actual presidente ha incurrido en al menos cinco grandes mentiras para volver a la jefatura del PSOE y, después, a La Moncloa. La última, anunciar unas Elecciones que ahora obvia.

| Javier Rodríguez España

Hace menos de una semana, Pedro Sánchez fue muy contundente: si el independentismo ponía en peligro la estabilidad de su Gobierno manteniendo una hoja de ruta cercana al unilateralismo, convocaría Elecciones Generales. Unos días después, cuando Quim Torra redobló su desafío anunciando un ultimátum a Moncloa; el presidente se desdijo de sus propias palabras y movilizó a su ministra portavoz, Isabel Celáa, a desmentirle a él mismo: no habrá urnas al corto plazo.

Es la última mentira de Sánchez, si por tal se entiende hacer lo contrario exactamente de lo que se anuncia, pero no la primera. Su trayectoria para llegar de nuevo a la secretaría general del PSOE y para acceder después a La Moncloa está jalonada de ellas, y todas son muy aparatosas. Hasta cinco, incluyendo la más reciente de esta misma semana.

"Convocaré Elecciones"

Cuando en junio encabezó una moción de censura contra el Gobierno del PP, se comprometió en la mismísima tribuna del Congreso de los Diputados a permitir que los ciudadanos votaran a corto plazo para elegir al Gobierno que estimaran oportuno.  Y se lo repitió a su propio grupo parlamentario y al resto: 

"Es el consenso que yo ofrezco a todos y cada uno de los 350 diputados y diputadas que estáis en las Cortes Generales. Un consenso en torno a la censura, un consenso en torno a qué entendemos por estabilidad y normalización de la vida política y un consenso necesario que se tiene que dar en torno a la convocatoria de elecciones".

Por si había alguna duda, paralelamente sus principales colaboradores, como José Luis Ábalos y Adriana Lastra, acotaron en el tiempo ese compromiso de convocar elecciones: "Cuanto antes", expresaron literalmente. Unos días después, cambió de mensaje radicalmente y anunció, sin más, que su intención era llegar a 2020.

"No pactaré con independentistas"

Es la mayor de las mentiras, y la repitió varias veces, referida tanto a los partidos soberanistas cuanto a Podemos, a quien tildó de populista y de querer implantar en España un régimen "como el de Venezuela". Su caída en el PSOE se debió, de hecho, al intento de pactar con todos ellos tras su segunda derrota electoral, en junio de 2017, aunque la Gestora que entonces le sustituyó nunca lo reconoció abiertamente, avalando con ello su resurrección en unas Primaras contra Susana Díaz que ganó apoyándose en el "No es no" a Rajoy que, en realidad, era un "Sí es sí" a la alianza con PdeCat, Podemos, ERC y Bildu.

 

 

Este pacto, precisamente, llegó en junio de 2018, después de que Sánchez incluso se vanagloriara despectivamente de haber desmentido con su actitud a quienes decían que estaba dispuesto a pagar cualquier precio con tal de llegar al poder. Y lo hizo.

 

 

"Estará fuera si intenta pagar menos impuestos"

Otra de sus mentiras más aparatosas. Lo dijo con rotundidad en 2015: "Si alguien crea una sociedad interpuesta para pagar menos impuestos, estará fuera". Una frase que no admite interpretación alguna de la que, sin embargo, se desdijo cuando llegó el momento de aplicarla en al menos dos casos: el ministro de Ciencia, Pedro Duque, y la administradora única de RTVE nombrada por él, Rosa María Mateo, utilizaron ese recurso para rebajar sus carga fiscal.

 

 

Y a ambos los ha defendido, por acción u omisión. Una paradoja teniendo en cuenta que a su primer ministro de Cultura, Maxim Huerta, sí le dejó caer por algo similar.

"En Alemania dimiten por plagiar"

Otro ejemplo, especialmente llamativo, por lo que dijo y por cuándo lo dijo. Fue durante la moción de censura a Rajoy, que sustentó en la necesidad de devolver la "ejemplaridad" a la política española, y elevó el listón de exigencia hasta el punto de poner como ejemplo de su actitud un caso que semanas después le golpearía: "En Alemania dimiten por plagiar una tesis".

 

 

Comprobado y documentado que eso fue precisamente lo que él hizo, tal y como reconoció hasta la empresa que utilizó para desmentir el plagio de su trabajo doctoral, miró de nuevo para otro lado y achacó sus problemas a una conspiración de la oposición y de medios de comunicación críticos. Mientras, las pruebas de que copió artículos, párrafos y trabajos ajenos son ya irrefutables.