| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Un fotograma de la miniserie "El padre de Caín" que ha indignado a la Guardia Civil.
Un fotograma de la miniserie "El padre de Caín" que ha indignado a la Guardia Civil.

Telecinco se mete en un lío con la Guardia Civil por culpa de su última serie

"El padre de Caín" recrea hechos en el cuartel de Intxaurrondo en los tiempos más duros de ETA que han removido al colectivo de guardias que se sienten atacados y acusados de "torturadores".

| ESdiario Medios

Ocurría esta semana que este domingo se cierra. Telecinco estrenaba el martes la primera entrega de una serie que suele atraer a la audiencia, El padre de CaínEn su primer capítulo lograba un 19% de cuota de pantalla y 3.223.000 espectadores, un dato además más meritorio porque era una noche que había competido con la Champions League, cayendo al 14,5% y 2.518.000 espectadores en su desenlace del miércoles. 

La ficción está basada en una novela del exsecretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, y está recreada en el histórico cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, en San Sebastián. Pero a algunos agentes que están destinados en ese cuartel o que lo estuvieron en la pasado no les ha gustado lo que han visto en televisión.

Según recoge el porta Lainformacion.com tras la emisión de la serie ha habido críticas que estos funcionarios han hecho a la serie. Por varias inexactitudes por decirlo de alguna manera.

La información asegura que lo primero que les llama la atención es la presencia de mandos del cuerpo en las llamadas "entradas" en casas a detener etarras. En la ficción se observa que en estos operativos participan tenientes o coroneles, cuando no es así.

Arremeten contra la serie porque se han recreado torturas en una serie que se ha emitido coincidiendo con un momento delicado para la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra, más si cabe después de lo sucedido en Alsasua

La primera toda de contacto con el etarra, aseguran, la tienen siempre guardiascabos o, como mucho, sargentos. Creen que la miniserie intenta contentar a los mandos de la Guardia Civil.

Pero sin duda lo más grave es el controvertido asunto de las  supuestas torturas que se reflejan en la serie en dependencias de la Guardia Civil. En la pantalla se vio que esas torturas tenían lugar en los calabozos de Intxaurrondo, pero desde el cuerpo denuncian que en el cuartel donostiarra no se construyeron esas celdas temporales hasta hace unos diez años.

Las fuentes que ha consultado el citado medio exponen que lo que verdaderamente se hacía con los etarras, aseguran, eran llevarlos a Burgos o a Madrid, donde sí eran metidos en calabozos. Además arremeten contra la serie porque se han recreado torturas en una serie que se ha emitido coincidiendo con un momento delicado para la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra, más si cabe después de lo sucedido en Alsasua.

Los guardias civiles se quejan también de que la serie no haya contado con ayuda de los auténticos profesionales que se dedicaron durante décadas a detener etarras. Si les hubieran pedido ayuda, critican, les hubieran recomendado que se reflejara en la pantalla la sensación de persecución que tenían los guardias civiles en la calle. "Éramos señalados e insultados", se quejan, "y eso no queda reflejado en la serie", explica Lainformación. Del mismo modo, critican contra el hecho de que se emita en televisión una serie basada en un libro de Rafael Vera, condenado por los crímenes de los GAL. Tampoco creen adecuado que se haya emitido una producción en la que se normalice la llamada guerra sucia contra ETA.

Por último, otro detalle que ha llamado la atención a los agentes de conocen Intxaurrondo es que solo se haya grabado el cuartel desde el exterior. Los productores, en efecto, han querido que la serie se rodara en Asturias para evitar posibles problemas en el País Vasco. Sobre el reportaje posterior también hay diferentes puntos de vista. No les ha gustado que se mezclaran los testimonios de Consuelo Ordóñez o Ángel Chaparro con los de Eduardo Madina o Gorka Landaburu. Son dos visiones opuestas de lo ocurrido en el País Vasco.