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Juan Luis Sanchis: vocación ciudadana y el espíritu de 2015

El fallecido concejal de Ciudadanos encarnaba el afán de mejora social que arrastró a numerosas personas a implicarse en política en 2015 y encabezar listas electorales

| Héctor González Edición Valencia

España era un hervidero político en su máximo punto de ebullición en el primer cuatrimestre de 2015. La hegemonía de PP y PSPV se resquebrajaba. Dos partidos políticos habían emergido en las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en 2015 y su crecimiento llevaba un ritmo de vértigo. Se vislumbraba un cambio sustancial en la composición de ayuntamientos y cortes autonómicas tras las elecciones del último domingo de mayo de ese 2015.

En la Comunidad Valenciana numerosos ciudadanos dejaron atrás temores, prejuicios, dudas... y sacaron todo su arrojo, tiempo y energía para propiciar ese cambio. Esos dos partidos que despuntaban: Podemos y Ciudadanos, aglutinaron el torrente de cambio. De manera casi paralela, en Valencia nacía la primera escuela de liderazgo y alto gobierno de España, Gobernatia, también con la ilusión de participar en una política con nuevo empuje, en la que primaran valores que ahora parecen manidos como participación, transparencia y cercanía.

Pronto cruzaron sus caminos Gobernatia, de la que fui uno de los socios fundadores, y Ciudadanos. Lo hicieron en Xàtiva, en los albores de ese 2015, en un abarrotado salón de actos para celebrar una jornada de formación en la que esa ilusión, esa vocación, impregnaba el ambiente. Uno de los asistentes venía de La Pobla Llarga y se llamaba Juan Luis Sanchis López. Su vocación por aportar, por mejorar, le indujo a participar en más jornadas formativas.

Esa coincidencia consecutiva me proporcionó la oportunidad de conocer al que luego sería primer concejal de Ciudadanos en la historia de La Pobla Llarga. Bastaba estrechar su mano e intercambiar unas breves palabras con él para percibir su vitalidad, la bonhomía -en el mejor sentido del término- que desprendía.  Implicado, sonriente, activo...se había lanzado a la aventura política con el cristalino afán de mejorar su ámbito, su municipio, su entorno. En definitiva, con ganas de aportar. Con vocación de servicio público, una cualidad que se presupone pero que, por desgracia, no tienen muchos de sus compañeros de periplo político en los diferentes partidos.

Desde mayo de 2015 ha representado a Ciudadanos en su Consistorio. Hasta esta semana. Me enteré de su fallecimiento por la publicación que hizo en su perfil de Facebook Vicente Raga, concejal del mismo partido que Juan Luis, en este caso en Alboraya. Sentí una punzada. No voy a evitar incurrir en un tópico, ya que en este caso sí que se ha marchado una buena persona. La despedida multitudinaria que tuvo ayer, en su sepelio, lo atestigua, así como las condolencias que trasladaron todos sus compañeros de hemiciclo a sus conmilitones de Ciudadanos allí presentes. También la inmensa retahíla de mensajes en redes sociales.

Juan Luis Sanchis deja un recuerdo indeleble. Forma parte de esa primera hornada de Ciudadanos, la que concurrió a las elecciones de 2015 en toda España. Encarna el espíritu de participar, con sinceridad e implicación, en la mejora de la sociedad. De involucrarse por tener un municipio mejor. De anteponer ese ideario de bienestar colectivo a las ambiciones personales que en muchos casos luego han socavado ese espíritu del invierno de 2015. Su recuerdo es el de quien encarnaba una ilusión. Sus compañeros que ayer le dieron ese último adiós a buen seguro que han rememorado cómo empezó todo.  Esa energía que él transmitía y que constituye el mejor empuje para afrontar un proceso electoral como el que se avecina. Para su partido y para el resto. Descanse en paz.