| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Jaime González pone nombre al verdadero problema de Iglesias y le da la puntilla

El líder de Podemos está hundido. Los últimos acontecimientos en torno a su partido le han fulminado. Pero las apariencias engañan. Este es el gran problema que tiene el dirigente morado.

| ESdiario Medios

No pasa Podemos por su mejor momento precisamente. El conflicto catalán les está haciendo polvo y Jaime González asegura este jueves en su columna de ABC que "Podemos cava su tumba". 

A su juicio, "bastaría escribir Venezuela –sin más– para desmontar los argumentos de esa camada de hipócritas que atiende al nombre de Podemos, pero por intentar ir más allá de lo obvio no voy a extenderme en subrayar la perversión moral que supone el descarado apoyo del populismo a los líderes civiles del proceso golpista en Cataluña, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, encarcelados con todas las de la ley en Soto del Real". 

Pero González cree que nadie debe sorprenderse porque "los fines de la izquierda radical y del independentismo son los mismos: la ruptura del marco constitucional que desde hace casi cuarenta años funciona como pilar de convivencia de una nación que –con todos sus problemas– es la expresión viva de ese patriotismo cívico que brota de forma natural y que, afortunadamente, no se parece en nada al patriotismo impostado de esos personajes menores que hicieron carrera traficando con el dolor y el sacrificio del pueblo". 

Y es que, en su opinión, "a estas alturas, el problema de España no es Pablo Iglesias –demasiado poca cosa para una empresa tan grande–, sino que el problema de Pablo Iglesias es España. Su proyecto de país implica la disolución de nuestra conciencia colectiva. Y como resulta que no nos da la gana renunciar a lo que somos, el vanidoso líder de Podemos se ha empeñado en borrarnos a la fuerza nuestras señas de identidad a través de una pérfida y fatua alianza con los enemigos de España".

En este sentido, recalca que "la fotografía de Pablo Iglesias y sus compañeros poniéndose de parte de los presos políticos Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, encarcelados por un delito de sedición, deja herida de muerte a una formación –y si no, al tiempo– que se ha empeñado en cavar su propia tumba política. Las consecuencias de la imagen que ilustra este comentario son irreversibles, porque no estamos ante un error estratégico, sino ante la constatación empírica de que su objetivo –la voladura de la democracia constitucional– es un reto que choca con la naturaleza de España y los españoles". 

Puede que, señala, "Ada Colau consiga rentabilizar en Cataluña su ominosa cobertura al independentismo, pero el castigo que el patriotismo cívico le va a imponer en las urnas a Pablo Iglesias y los suyos por su indisimulado apoyo a la estrategia secesionista pasará a los anales de nuestra historia política".