| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El exnúmero dos de Interior antes de entrar en el careo con su antiguo jefe.
El exnúmero dos de Interior antes de entrar en el careo con su antiguo jefe.

Alta tensión en el cara a cara ante el juez entre Fernández Díaz y su número dos

Bronco cruce de reproches en el careo decretado por el juez García Castellón. Francisco Martínez reitera que el ministro estaba al tanto de la operación Kitchen y el lo ha negado.

| Miguel Blanco España

Alta tensión, reproches mutuos, intercambio de puyazos e, incluso, todo un exministro a punto de romper a llorar. El careo entre el extitular del Interior, Jorge Fernández Díaz, y su exnúmero dos, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha provocado un agrio enfrentamiento en el juzgado del magistrado Manuel García Castellón, que investiga la operación Kitchen sobre el supuesto espionaje al extesorero del PP, Luis Bárcenas.

Francisco Martínez ha echado en cara al que fuera su superior, y a la cúpula del PP en general, que le hayan arrojado "a las fauces de la prensa". Ha confesado que se ha sentido abandonado por el partido y de hecho ha indicado que si Pablo Casado no sabe cuidar a la gente que trabaja para el partido -por él- tampoco sabrá cuidar de los españoles en caso de que llegue a gobernar.

Fuentes jurídicas han explicado que a lo largo del careo -correcto pero muy tenso- que se ha extendido durante aproximadamente dos horas, ambos han mantenido sus versiones frente al juez  en relación al papel que jugaron en la operación que se sufragó con fondos reservados para sustraer documentación sensible del PP al extesorero Luis Bárcenas.

Con los dos exaltos cargos sentados uno junto a otro frente al juez y con los dos fiscales en el lateral, han mantenido lo declarado ya en octubre, y desde el principio la situación ha tornado en tensa. Al principio se dirigían al juez para responderse uno al otro, hasta que el magistrado les ha explicado que esa no era la dinámica, sino que debían hablar entre ellos.

Mientras que Fernández Díaz no reconocía haber enviado a su número dos mensajes sobre Kitchen o haber mantenido una llamada telefónica al respecto en julio de 2013, Martínez defendía la veracidad de esos mensajes, que de hecho llegó a protocolizar ante notario. Y sobre ese acta también se han enzarzado, ya que el exministro ha afirmado que el notario y Martínez son amigos y ha puesto en duda la veracidad de los mensajes, como ya hiciera en su declaración del 30 de octubre.

Después de que el exministro negara que envió a Martínez mensajes relacionados con la operación, éste ha espetado que no ha pasado "de ser secretario de Estado y diputado a falsificador", y que de informática sólo tiene un nivel de usuario, por lo que no sería capaz de manipular mensajes que hubiera podido recibir de Fernández Díaz.

Durante esas dos horas también ha habido tiempo para los reproches, y es que el exministro se ha quejado a Martínez de que le hubiera insultado a sus espaldas llamándole "bobo y miserable" y le ha echado en cara que de no ser por él, no estarían en esa situación. Esas mismas fuentes inciden en que el ministro ha llegado a decir que sin la intervención de Martínez él sólo hubiera sido testigo, a lo que éste le ha respondido que como testigo no hubiera aportado mucho dado que niega la existencia de la operación.

Sobre los insultos -que se hicieron públicos tras el levantamiento del secreto del sumario- el que fuera mano derecha en el ministerio le ha respondido que lamentaba esas palabras malsonantes pero que cuando uno se siente "abandonado" a veces se dicen palabras fuertes.

Dada la situación, en un momento dado el exministro ha perdido la serenidad y, si bien no ha roto a llorar, sí que se ha azorado por lo "doloroso" del momento, ante lo que el magistrado García-Castellón le ha pedido que se calmara e incluso le ha ofrecido hacer un pequeño receso.

Tras el careo, la defensa del exministro ha aportado además un informe pericial elaborado por un perito informático con el que pretenden reforzar la tesis de que los mensajes protocolizados por Martínez están "manipulados" y por tanto no son veraces.

Sobre el móvil que usaba el ministro en la época en la que supuestamente se mensajeó con su segundo, la defensa ha mantenido que ese terminal ya no lo tienen pero han ofrecido a cambio mostrar los mensajes del inmediatamente anterior al actual.