| 06 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Luis Suárez hace más líder al Atlético en un partido para la historia

El Atlético remonta en Eibar (1-2) con dos goles de Luis Suárez, en un equilibrado y duro partido que empezó con un gol del portero del Eibar, Dmitrovic, de penalti, ante Oblak.

| Agustín Díaz Deportes

Jugar contra el Eibar en Ipurúa es peor que un dolor de muelas. El equipo armero es, probablemente, el que tenga más mérito, temporada tras temporada, por mantenerse en la máxima categoría del fútbol español. Con las dimensiones reducidas, con esas ambas sin apenas espacios y con un Mendilibar que es amo y señor de todo lo que sucede en Ipurúa, a muchos equipos se les atraganta vérselas con el Eibar. 

Además de patadas y presión, al menos vimos algo histórico en este Eibar-Atlético. Ocurrió en el minuto 8 de partido cuando Carrasco, sin querer, pero de manera evidente, pisó al japonés Muto dentro del área. Hasta ahí todo, más o menos, normal. Pero la normalidad acabó cuando el que se apresuró a lanzar el penalti fue Dmitrovic. Sí, sí, el fantástico portero del Eibar, que ahora también lanza penaltis. 

Un serbio se enfrentaba a un esloveno, Oblak, que es el mejor portero del planeta en casi todos los ámbitos, pero no en los penaltis. Y, efectivamente, Dmitrovic batió al cancerbero colchonero sin inmutarse. Mendilíbar prefirió no verlo y respiró cuando le dijeron que su portero había marcado. Es algo histórico que no sucedía, según contó Pedro Martín en Tiempo de Juego, desde 2011, cuando Aranzubia, portero del Deportivo, marcaba en Almería, en el último minuto de aquel partido. 


Después de la sorpresa de Dmitrovic, el Atlético reaccionó bien. No acusó demasiado el golpe y se fue al ataque. Con poca continuidad, porque el Eibar le exigió mucho en la presión y, en ocasiones, con demasiada dureza, pero al menos la intención de atacar sí que la tuvo siempre el equipo de Simeone. El Atlético, como siempre que Koke falta, notó su ausencia y más aún siendo su sustituto Saúl, que sigue sin encontrar su punto de forma. 

Avanzaba la primera parte y en el minuto 40 se volvía a hacer realidad la grandísima diferencia entre el Atleti de otros años y el de la presente temporada. Y esa no es otra que Luis Suárez. Sergio Álvarez, el mediocentro del Eibar, se lio él solo a la hora de despejar un balón, Marcos Llorente no cejó en la porfía y el balón cayó en las botas del uruguayo, que soltó un derechazo que hizo inútil la estirada del goleador Dmitrovic. Era el décimo gol de Suárez. Una auténtica barbaridad. 

Después del descanso, Simeone retiró a Correa y a Lemar para dar entrada a Torreira y Joao Félix y, extrañamente, el Atlético no jugó mejor. La presión del Eibar se acrecentó y, consecutivamente, un buen disparo de Arbilla y un cabezazo de Bigas, pusieron en apuros a Oblak. 

Solo fue en los últimos diez minutos cuando el Atlético volvió a la carga. En el minuto 81, una jugada de Luis Suárez pudo acabar en roja directa a Arbilla, en vez de la amarilla que le enseñó el árbitro cuando el uruguayo se iba solo ante la portería vasca. En la jugada siguiente, Dmitrovic realizó la parada de la noche salvando un buen disparo angulado de Joao Félix. 


Y en el minuto 87, también estuvo Luis Suárez en la jugada clave del encuentro. Se fue, de nuevo, el uruguayo hacia la portería de Dmitrovic y fue derribado por Arbilla. La jugada fue, cuando menos, polémica, pero el árbitro Melero López señaló el punto de penalti. Luis Suárez, omnipresente en todo el partido, marcó el tanto de la victoria. Y lo hizo a lo Panenka. Como si nada.