| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Víctimas del terrorismo cuentan su experiencia a los escolares valencianos

Gotzone Mora y Consuelo Ordóñez han relatado la actividad criminal de ETA a alumnos de bachillerato y FP superior, que por edad han tenido la suerte de no conocerla.

| Redacción Valencia Edición Valencia

Las charlas han tenido lugar en las Escuelas Profesionales Luis Amigó de Godella a instancias de la Fundación Manuel Broseta y la federación de centros de enseñanza Feceval con el lema “educar para la convivencia, educar para la libertad”.

Gotzone Mora, que fue concejal socialista en Getxo, ha contado cómo ha tenido que vivir con protección policial desde que se supo que su nombre figuraba como objetivo en documentos incautados a ETA. Mora, profesora de sociología en la Universidad del País Vasco hasta su reciente jubilación, ha destacado la soledad a la que le abocó el acoso de los abertzales, que le insultaban por los pasillos de la universidad, y que consiguieron que los demás miembros de la comunidad tuvieran miedo incluso de intercambiar con ella un simple saludo.

Consuelo Ordóñez, hija de valenciana, es la hermana de Gregorio Ordóñez, líder del PP donostiarra asesinado en 1995 cuando los sondeos auguraban que sería el próximo alcalde de San Sebastián. A Consuelo, que nunca hasta entonces se había significado públicamente, y que nunca ha participado de la vida política, le seguían por las calles de su ciudad cantándole “devuélvenos la bala”, y le gritaban en la concentraciones de repulsa al terrorismo “ETA mátalos”.

En las charlas de ambas víctimas con los alumnos, moderadas por Mariano Vivancos (director-gerente de Feceval), han participado el politólogo Joseca Arnau (AVAPOL) y el periodista Vicent Climent (EsdiarioCV). Arnau, que trabajó en la Fundación Manuel Broseta, ha recordado los llamados “años de plomo” de máxima actividad terrorista, y Climent ha instado a los jóvenes a poner en valor y proteger la democracia (el único régimen que ellos han conocido pero no el único que podrían conocer) y a no dejar que les cambien el relato “dulcificando” lo que aquellos años supusieron.

Los duros testimonios de Mora y Ordóñez, que tuvieron que exiliarse en la Comunidad Valenciana, han concitado el interés de los jóvenes asistentes que abarrotaban el salón de actos del centro y que han guardado un atento silencio durante sus exposiciones. La inmensa mayoría de ellos no tiene recuerdos de la actividad terrorista de la banda armada, hasta el punto de que sólo un par ha afirmado conocer el nombre de alguna víctima. La lección de supervivencia que hoy han aprendido no la olvidarán fácilmente.