| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ser paloma no es fácil

Hay una especie de estigma que planea sobre las palomas. Muchas personas sienten entre miedo, repelús y asco hacia ellas

| Raquel Aguilar * Edición Valencia

El pasado jueves, de camino al trabajo paro en un semáforo y veo una paloma tumbada en la acera.
Es muy habitual que las palomas se tumben, para descansar y para tomar el sol, pero no en mitad de la acera y de esa manera.
Ya está, pensé. Seguro que tiene las dos patas muñonadas. Y así lo pude comprobar cuando trató de moverse un poco.
Entonces recordé que en esa misma zona, unos meses antes, ya la había visto. La misma paloma gris que me llamó la atención porque estaba tumbada en la acera debido a la ausencia de patas.
Recordarla me alegró, porque seguía viva (y por su aspecto, muy sana), pese a lo complejo que es para una paloma sobrevivir, especialmente con las dos patas amputadas.
Adoro las aves. Y por las palomas siento un especial afecto. Por mis manos han pasado muchas. Algunas aún eran pichones y sólo necesitaban protección para poder crecer con seguridad, otras llevaban algún golpe y con unos días de reposo su vida volvió a la normalidad y otras, que estaban enfermas, no pudieron recuperarse, pero tuvieron una muerte digna y en paz, que para un animal que sobrevive en la calle, no es poco.
Sin embargo, hay una especie de estigma que planea sobre las palomas. Hay muchas personas que sienten entre miedo, repelús y asco hacia ellas.
Se dice de ellas que son muy sucias, que transmiten enfermedades, que comen de todo…y yo me pregunto…sacadas estas palabras de este contexto ¿no podrían definirnos a las personas?
Creo que esta forma de verlas, responde a una mezcla entre desconocimiento y falta de empatía, que consiste en ponerse en el lugar del otro, en este caso, de las palomas.
Y claro, esto es más complejo cuando estamos hablando de una especie animal distinta a la nuestra que no pertenece, como lo hacemos los seres humanos, al subgrupo de los mamíferos, si no que nos alejamos más genéticamente y cambiamos también de subgrupo, pasando al de las aves.
Yo te invito, a ti, que estás leyendo este artículo, a cerrar los ojos y recordar a cualquier paloma que hayas visto en la calle y pienses cómo debe ser su día a día. Dónde dormirá, qué comerá, con quiénes se relacionará, si se sentirá amenazada,…
¿Crees ahora que ser paloma en la ciudad es fácil?
Porque, si hay palomas que están sucias, es porque viven en un medio, las ciudades, que hemos configurado las personas con muy pocos espacios verdes, que hemos cubierto de negro asfalto y cuyo aire que hemos saturado de humo y partículas contaminantes.
¿Ellas ensucian? Evidentemente sí, pero cinco palomas juntas no generan en toda su vida más desechos que una única persona en un año.
Y si comen de todo, es porque vertemos todo tipo de productos al suelo y, como supervivientes que son, los aprovechan.
Por lo demás, no digo que no haya algún caso puntual de persona que haya enfermado al contacto directo con palomas, pero por estos anecdóticos porcentajes, demonizar a estos animales, me parece totalmente desmesurado.
Desde luego, yo debo ser inmune y tengo claro que existen más probabilidades de enfermar viajando en metro.
Las palomas son seres muy sociables, y en muchos estudios aparecen entre las 10 especies de animales más inteligentes. A lo largo de la historia han salvado la vida a miles de personas y su imagen se ha convertido en un símbolo de paz. No las despreciemos simplemente por un absurdo estigma infundado. Merecen, como cualquier otro animal, nuestro respeto.
Así que, a partir de ahora espero que, cuando veas una paloma por la calle, no la consideres como una enemiga, sino como alguien que, como tú, trata de sobrevivir en este complejo mundo.
Te invito también a que te fijes en sus patitas…muchas de ellas las tienen amputadas, debido a que con la gran suciedad que acumulamos en las calles, los hilos, pelos y otros elementos se les enrollan de modo que les van presionando las extremidades hasta que terminan por seccionárselas. Por favor, evita ensuciar la calle, y ten especial cuidado con este tipo de elementos que parecen tan inocuos. Ayudarás a evitarles un sufrimiento innecesario.


*Coordinadora provincial de PACMA en Valencia