| 15 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los jugadores del Sevilla, celebrando su nuevo triunfo.
Los jugadores del Sevilla, celebrando su nuevo triunfo.

No diga Europa League, diga Sevilla

El Sevilla es el dominador absoluto de la Europa League. Acaba de ganar su sexto título de la segunda competición europea al imponerse al Inter de Milán, 3-2, en Colonia.

| Agustín Díaz Deportes

Increíble el idilio del Sevilla con la Europa League. El equipo español acaba de levantar su sexto título en la segunda competición europea al derrotar al Inter de Milán, 3-2, en la ciudad alemana de Colonia. 

Llegaba el Sevilla como el equipo que más finales continentales ha disputado en lo que va de siglo. No es ninguna tontería, es solo una realidad. Ha disputado seis finales de la Europa League y las ha ganado todas. Y ante rivales de todo pelaje y condición, aunque pocos, por no decir ninguno, de la categoría de este Inter cargado de estrellas. 

Julen Lopetegui tiene mucho que ver. El ex seleccionador español y ex técnico del Real Madrid se ha tomado cumplida revancha de todos aquellos que le echaron antes de tiempo. Ha construido un equipazo lleno de guerreros sufridores, que no conocen la palabra rendición. Desde que volvió el fútbol tras el confinamiento, el Sevilla no ha perdido ningún partido. Hoy, en el más importante de esta atípica temporada, ni mucho menos. 

Y eso que la final empezó con un nuevo penalti de Diego Carlos, que transformó Lukaku desde el punto fatídico. Un tanto que a cualquier equipo le hubiera cambiado todos los planteamientos, al Sevilla apenas le afectó. Sobre todo porque empató pronto, antes del cuarto de hora, gracias a un perfecto cabezazo de De Jong. 

El delantero holandés, tan discutido toda la temporada por su falta de gol, desmintió todas las críticos con un segundo testarazo que puso por delante al Sevilla en el minuto 34. Alegría inmensa en el banquillo del Sevilla, pero momentánea ya que en el jugada siguiente, también de estrategia, Diego Godín remató a las mallas con un cabezazo de los que han hecho del uruguayo un defensa de leyenda. 

El Inter, un equipo en el que en el banquillo figuran jugadorazos como Eriksen, Alexis Sánchez o Borja Valero, tuvo la ocasión de adelantarse en el marcador ya en el segundo tiempo. Lukaku, que no estaba en fuera de juego porque salió de campo propio, recorrió 50 metros para plantarse delante de Bono, pero en ese momento llegó el milagro de cada día del portero marroquí. 

Corría el minuto 75 cuando Diego Carlos, uno de los defensas revelación de LaLiga, se atrevió con el más difícil imposible y, con una chilena en el área grande, batió a Handanovic. El partido era más de empate, pero el Sevilla estuvo más listo que el Inter y puso por delante su condición de auténtico dominador de la Europa League. 

Los últimos minutos fueron angustiosos, con Kundé, imperial toda la noche, salvando un gol sobre la misma línea de gol, con una nueva acción de mérito de Bono ante Candreva y con varios jugadores del Sevilla en el límite de sus fuerzas. Pero tuvieron suficientes para abrazarse con sus compañeros en cuanto el árbitro señaló el final del encuentro y todo fue alegría en la mitad de Sevilla.