Sáenz de Santamaría se ha topado con el poderoso PP de Galicia, cuyos dirigentes creen que ahora tienen la ocasión de devolvérsela por no haber ayudado a Feijóo en su momento.
Galicia se le ha atragantado a Soraya Sáenz de Santamaría en la búsqueda de apoyos para presidir el Partido Popular. La exvicepresidenta se ha topado con un fuerte rechazo en el feudo de Alberto Núñez Feijóo, y eso son palabras mayores.
Primero, porque Feijóo es un gran referente en el PP, pese a que finalmente no diera el paso para presidirlo. Segundo, porque el PP de Galicia es el cuarto que más compromisarios enviará al Congreso extraordinario de los días 20 y 21 de julio, 327.
Por el momento el barón gallego guarda silencio en público sobre sus preferencias, y de hecho no dudará en fotografiarse con María Dolores de Cospedal y Sáenz de Santamaría si así se lo piden, como ya lo ha hecho con Pablo Casado.
Sin embargo, sus presidentes provinciales, diputados y senadores están siendo menos sibilinos y trasladan en privado a quien les quiera oír que a la exvicepresidenta, ni agua. Mensaje que ha llegado a su destinataria.
¿Por qué? En Galicia acusan a Sáenz de Santamaría de no haber movido un solo dedo para lograr una candidatura de consenso en torno a Feijóo, que es lo único que podría haberle convencido de que se presentara (el hecho de tener a todo el partido detrás).
Más bien al contrario, aseguran que la exvicepresidenta torpedeó esa opción, mientras que Cospedal desde un primer momento trabajó para allanar a Feijóo el camino a la Presidencia del PP.
Los popes del PP de Galicia ven, además, la mano de Sáenz de Santamaría detrás de algunas de las filtraciones sobre el presidente gallego que contribuyeron a ahuyentarle. Como el hecho de que volvieran a circular sus fotografías con el contrabandista Marcial Dorado de hace 23 años.
Avanza la campaña y las cosas se le están poniendo cuesta arriba a quien fuera la número dos del Gobierno, que se está encontrando con que los aparatos están, mayoritariamente, de parte de Cospedal.
A ello se suma la división en el que a priori podría ser su mejor baza, el PP de Andalucía, donde Juan Manuel Moreno lo tiene imposible para cerrar filas en torno a su amiga Sáenz de Santamaría. Sólo Málaga, la tierra chica del líder de los populares andaluces, votará a una por la exvicepresidenta.