Vuelan cuchillos entre Hermann Tertsch y Antonio Muñoz Molina. Y todo por dos mujeres, la de este último, Elvira Lindo, y Rita Maestre.
Todo comenzó el jueves con un artículo que Lindo publicó en El País y en el que mostraba lo arrepentida que estaba la ahora portavoz del Ayuntamiento de Madrid de haber asaltado la capilla de la Complutense cuando tenía 21 años. "Si he ofendido a alguien, lo lamento mucho", reiteraba.
El columnista de ABC lo leyó y publicó el siguiente tuit:
MuñozMolina siempre ha demostrado cierto músculo moral. Estará asqueado ante la vergonzosa baba mentirosa de Elvira Lindo sobre RitaMaestre.
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) February 16, 2016
Al escritor y marido de Lindo no le gustó lo más mínimo y escribió un artículo en su blog titulado Baba y músculo dedicado a Tertsch. "Quien escribe algo así carece de todo rastro de decencia. Estoy asqueado".
Y continuaba: "Parece que lo que más les importa es sembrar cizaña, abrir heridas, alimentar el fuego. Dicen denunciar un desastre que se avecina y ellos son parte de él, hooligans diarios de lo peor. Se entienden mucho mejor con los extremistas equivalentes a ellos que con las personas templadas. Parece que eligen centrarse no en lo necesario o lo de verdad doloroso o injusto sino exclusivamente en aquello, aunque sea nimio, que más pueda dañar la concordia y calumniar al adversario, o al que no los secunda. Da escalofríos pensar en la clase de país en el que quieren vivir. Y siendo tan crueles con todo el que les desagrada reservan su saña más macabra para las mujeres".
La cosa no acabó ahí, y Tertsch volvió a la carga:
Me negaba a creerlo pero si termina un artículo así es que es cierto: Muñoz Molina es otro tonto contemporáneo. pic.twitter.com/6aeIxoObt6
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) February 19, 2016
Y poco después:
Peor aún fue el comisario Rioyo que no hablaba una palabra. Lo pudo Zp en Nueva York y el PP en Lisboa..... https://t.co/xEEdiRgeVd
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) February 19, 2016
De momento Muñoz Molina no ha vuelto a entrar al trapo. De momento.