| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La Guardia Civil y la Hispanidad

En Europa, España es la única Nación, patria común e indivisible de todos los españoles (art.2 C.E.), donde se exalta más que el patriotismo español, el del nacionalismo catalán.

| E.H. Opinión

 

 

A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
Marchemos, marchemos,
Que una sangre impura
Empape nuestros surcos.

La Marsellesa

 

El día 14 de Julio se celebró en París la Fiesta Nacional Francesa, en la que me emocionó ver desfilar a nuestra Guardia Civil y oír cantar la Marseillaise a los ciudadanos franceses, de izquierdas y de derechas, y a sus autoridades, sin excepción.

No me imagino a los independentistas vascos y catalanes, y a cierta izquierda independentista, cantando el Himno Nacional si contuviera estas estrofas: ¡A las armas, ciudadanos! / ¡Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, / Que una sangre impura empape nuestros surcos!

En Europa, España es la única Nación, patria común e indivisible de todos los españoles (art.2 C.E.), donde se exalta más que el patriotismo español, el del nacionalismo catalán, con sus celebraciones multitudinarias y exhibición de banderas en la Diada, en cuya festividad tildan al que tiene cualquier otro proyecto político de “mal catalán” y “traidor a la patria”, y acosan, amenazan e insultan al disidente; y el del nacionalismo vasco, con la celebración del Aberri Eguna, inspirada en el llamado “juramento de Larrazábal”:

“No quiero nada para mí, todo lo quiero para Bizkaya; ahora mismo, y no una sino cien veces, daría mi cuello a la cuchilla sin pretender ni la memoria de mi nombre si supiese que con ello habría de revivir mi Patria”. Sin embargo, cuando se celebra la festividad de la Hispanidad el 12 de octubre, los nacional-independentistas y una parte de la izquierda que no ha sabido olvidar nada ni aprender nada, ni superar sus perjuicios sobre el patriotismo español, ponen el grito en el cielo y acusan a España de genocidio, desenterrando la leyenda negra sobre la conquista y colonización de América.

La leyenda negra falsa

La profesora e investigadora María Elvira Roca desmonta la leyenda negra, en su magnífico libro 'Imperiofobia y la leyenda negra', que considera una forma específica de antiespañolismo, que nació hace siglos y pervive hoy dentro y fuera de nuestras fronteras, que la vincula a un concepto más amplio, la imperiofobia, enfermedad de la opinión producida por el agente patógeno de la propaganda, que han padecido todos los imperios y cuya versión más actual sería el antiamericanismo. 

En Europa, España es la única Nación, patria común  donde se exalta más que el patriotismo español, el del nacionalismo catalán o vasco

Lo más lamentable, según la autora, es el proceso de interiorización de la Leyenda Negra, que arranca de la abrumada reacción ante el llamado desastre de 1898. Sin embargo, la pérdida de Cuba y Puerto Rico no fue más que el certificado de defunción de un imperio ya fenecido. Las élites intelectuales y políticas de entonces, en lugar de buscar en ellos mismos y en la historia reciente las causas de la liquidación, optaron por lo más fácil, que fue achacar el colapso del imperio a quienes lo habían puesto en pie en el siglo XVI y XVII, y de ahí que asumiesen los puntos principales de la Leyenda Negra.

 

 

Por pereza intelectual y por intereses ideológicos la propaganda vence a la historia, ignorando que España ha sido la potencia colonizadora más humana y solidaria de historia, y, desde luego, la única integradora de razas. Igualmente sostiene el director general de Patrimonio Cultural del Gobierno canario, el profesor Miguel Ángel Clavijo, que, a su juicio, “ni en Canarias ni en América hubo genocidio, puesto que el proyecto imperial español es imperial, no colonial. El imperio se distingue del colonialismo y otras formas de expansión territorial porque avanza replicándose a sí mismo e integrando territorios y poblaciones; esto es lo que ocurre en Canarias donde se integran las poblaciones autóctonas, de modo que los guanches y los canarios se integran en la nueva sociedad criolla y participan activamente en ella, incluso asumiendo cargos de responsabilidad”.

 

El amor a España y el sentimiento de Hispanidad también ha sido proclamado por los que en 1812 se llamaron españoles de ultramar, y por poetas y escritores hispanoamericanos, como Rubén Darío, en su Salutación del optimista: “ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, espíritus fraternos, luminosas almas, salve!, y en su Oda a Roosevelt: “Eres el futuro invasor de la América ingenua que tiene sangre indígena, que aún reza a Jesucristo y aún habla en español,” y se define así:

No se puede entender España sin la Guardia Civil, que ha sido durante 174 años un agente estabilizador

“Yo que soy español, y me siento español de los pies a la cabeza, yo que soy español, de conciencia, obra y deseo, yo que nada vivo y nada veo, sino español por mi naturaleza, con la España que acaba y la que empieza, canto, auguro, profetizo y creo.” . Cuando se le preguntó al premio Nobel Gabriel García Márquez quien era el mejor escritor hispanoamericano, contestó sin pensarlo: ¡Cervantes!. El gran escritor y polígrafo venezolano Arturo Uslar Prieti afirmó sin ambages: “España empieza en los pirineos y termina en la tierra de fuego”, y el hispanista historiador británico Hugh Thomas: “El que sólo conoce España no conoce España” (en referencia a Hispanoamérica).

En el día de la Fiesta Nacional, se celebra también la de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, que encierre una unidad simbólica históricamente relevante. No se puede entender España sin la Guardia Civil, que ha sido durante 174 años como el estabilizador que ha hecho posible que la nave del Estado Español no naufrague en las procelosas aguas de su turbulenta historia.

Nadie como Galdós ha sabido expresar el cordón umbilical que une a la Guardia Civil con España. En sus Episodios Nacionales, la principal y fundamental novela historiada de nuestro convulso siglo XIX, remata genialmente Don Benito Pérez Galdós la etapa de Gobierno de González Bravo subrayando la creación de la Guardia Civil como la gran excepción positiva de su mandato, con estas palabras:

"...Y no fue su Gobierno de cinco meses totalmente estéril, pues entre el miserable trajín de dar y quitar empleos, de favorecer a las coacciones, de perseguir al partido contrario y de mover, sólo por hacer ruido, los podridos telares de la Administración, fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y de robusta vida, la Guardia Civil".

El gran Galdós

Galdós comprende la entraña institucional de la Guardia Civil y la expresa de forma bellísima e insuperable: “Fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y de robusta vida, la Guardia Civil". Estas afirmaciones las hacía Don Benito a finales de 1900, con su perspectiva del tiempo y su proverbial capacidad para analizar críticamente la España de su tiempo. Al celebrarse los 174 años de la fundación de la Guardia Civil el pronóstico de Galdós se ha cumplido plenamente.

Pero tampoco nadie como Galdós ha sabido expresar el patriotismo español y el amor a España. El patriotismo de Galdós, notario implacable de las desdichas de España, que destaca constantemente en los Episodios Nacionales, le llevó durante un tiempo a participar en la actividad política presidiendo la Conjunción Republicano-Socialista en 1911.

 

 

En la carta de 26 de abril de 1907 irrumpió en la política activa con estas palabras de intelectual comprometido: “Abandono los caminos llanos y me lanzo a la cuesta penosa, movido de un sentimiento que en nuestra edad miserable y feminil es considerado como una ridícula antigualla: el patriotismo, que parece que sacamos de los museos o de los archivos históricos como un arma vieja y enmohecida. Se equivocan, ese sentimiento soberano lo encontramos a todas las horas en el corazón del pueblo donde para bien nuestro existe y existirá siempre en toda su pujanza”.

El patriotismo

De su patriotismo dejó constancia en su discurso pronunciado en Madrid el día 9 de diciembre del año 1900 con ocasión del homenaje que le tributaron un nutrido grupo de Canarios en Madrid, que si fuéramos franceses estaría gravado en piedra en las fachadas de las Universidades e IEM de Canarias: Habéis visto que ha llegado la hora de avivar en nuestras almas el amor a la patria chica para encender con él, en llamarada inextinguible, el amor de la grande. Aquí en la intimidad del patriotismo regional me permito asegurar que en nosotros vive y vivirá siempre el alma española. Nosotros los más distantes seamos los más próximos en el corazón de la patria”.

En España no se enseña ni se fomenta, sino que se denosta la Fe Nacional, sin la cual, como dijo Don Benito Pérez Galdós en su citado discurso pronunciado en Madrid el día 9 de diciembre del año 1900, no existe salvación posible para las naciones.