| 21 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

El mensaje del CIS: votar a Sánchez no pone en peligro España

| Vicente Climent Edición Valencia

La macroencuesta dirigida por José Félix Tezanos augura la debacle al centro-derecha valenciano y español, da mayoría absoluta a la izquierda sin separatistas, y deja en anécdota la “visibilidad” valenciana de Compromís.

La encuesta del CIS, en su entrega previa a las elecciones del 28-A en las que se juega el puesto quien eligió al guerrista reconvertido a sanchista José Félix Tezanos para dirigir el instituto, se ha convertido en macro-encuesta, para muchos “de autor”. Con 16.194 entrevistas en toda España, dato que a priori le confiere mayor credibilidad, este CIS arroja horquillas suficientes como para establecer varias conclusiones, que según quien las interprete van a movilizar o desmovilizar a un bloque electoral o a otro.

Una primera conclusión es que PSOE y Unida Podemos puede llegar a gobernar con mayoría absoluta sin necesidad de separatistas como ERC, PdCat y Bildu, que es justamente lo que Pedro Sánchez viene pregonando en pre-campaña y que es precisamente lo contrario de lo que aseguran sus adversarios que necesitará hacer para mantenerse en el poder.

La mayoría absoluta en el Congreso está cifrada en 176. Mirando la parte alta de las horquillas, los dos grandes partidos de izquierda llegarían a los 179, con un 43,1% de los votos. Con el PNV podrían llegar hasta los 185. La otra opción de gobierno según el CIS es un acuerdo PSOE-Ciudadanos que Albert Rivera ha declarado por activa y por pasiva, empeñando su palabra, que no se va a dar. En este caso se podría llegar a los 189 escaños.

Por el contrario, una alianza de centro-derecha entre PP, Cs y Vox llegaría como mucho a los 164 diputados, en el mejor de los casos. Nada que hacer. O todo lo contrario.

El mensaje que ofrece el CIS parece evidente: votar al PSOE no significa dejar el futuro de España en manos de los separatistas, contrariamente a la tesis central de los partidos de centro y derecha. Por lo tanto, España no está en peligro con la continuidad de Pedro Sánchez.

Los datos concretos son los siguientes: PSOE, 123-138 diputados; PP, 66-76; Ciudadanos, 42-51; Unidas Podemos más las confluencias, 33-41; y Vox, 29-37.

Pero ojo, hay un 25% de indecisos, un 4,5% que no sabe a quién votar, y un 8,2% que no contesta a los encuestadores. Los que dudan lo hacen principalmente, por orden de importancia, entre votar a PP o a Cs, a PSOE o a Ps, a PSOE o a Cs, y, por extraño que parezca con antagónicos modelos, en nada menos que un 6,6% entre PP y PSOE.

Comunidad Valenciana

Aquí los bloques empatan. Los tres partidos del Botànic sumarían entre 15 y 18 escaños, y los tres partidos del centro y derecha entre 14 y 18. No olvidemos que estamos hablando de los representantes valencianos, pero para el Congreso de los Diputados.

La tónica es parecida a la nacional, pero con el factor añadido de Compromís. Así, el PSOE también doblaría aquí al PP (11-13 frente a 6-7), con 5-6 para Ciudadanos, y 3-5 para Vox.

Pero los 9 diputados de “A la Valenciana” de 2016 (4 de Compromís, 1 de EU y otros 4 de Ps) ahora serían 1-2 para los de Joan Baldoví (todos por la provincia de Valencia), y 3 (2 en Valencia y 1 en Alicante) para Unidas Podemos (EU más Ps). Pacma también acaricia 0-1 escaños.

Los encuestados han sido 1.245, de los que el 40% nada menos dice no tener su voto decidido. Decidan ustedes a quién o quiénes pertenece el voto oculto o el voto vergonzante.

Compromís, que en todas las votaciones importantes del mandato de Sánchez ha votado a su favor sin obtener a cambio resultados visibles para la Comunidad Valenciana, ha alardeado durante todo este tiempo de “visibilizar” por fin a la Comunidad Valenciana. Según este CIS, a pesar de su alta valoración teórica por parte de los valencianos, va a padecer un gran castigo electoral. Como decía el Adolfo Suárez del CDS, “no me admiréis tanto y votadme”.