| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Yuval Noah Harari, Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad. Debate - RHM, Barcelona, 2016 (1ª ed. 2014). 336 p. 23,90 €. Tapa blanda 19,90 € Ebook 12,99
Yuval Noah Harari, Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad. Debate - RHM, Barcelona, 2016 (1ª ed. 2014). 336 p. 23,90 €. Tapa blanda 19,90 € Ebook 12,99

Lo que nos hace hombres y lo que amenaza a toda la humanidad

Una divertida historia de la selección natural y cultural, aunque el progreso no siempre haya sido a mejor. Somos hijos de la biología y de la historia, y Noah Harari nos obliga a pensar.

| Pascual Tamburri Ocio

No somos humildes. Tampoco somos realistas. Los humanos tenemos una capacidad prácticamente infinita tanto de imaginar futuros posibles y convertirlos en probables y deseables (y de equivocarnos en ello) como de echar la vista atrás y ver en nuestro pasado lo que en cada momento queremos ver, no conforme a lo que fueron nuestros ancestros sino de acuerdo a lo que en cada momento, lugar y circunstancia nos apetece o conviene. Algo aún más singular, es que tendemos a creernos ese propio futuro imaginado o ese pasado inventado. Y no, no hablamos en especial de esa pequeñez miserable a la que en España llaman ahora “memoria histórica”, sino de algo de verdadero calado histórico y científico.

El invierno de 2016 termina con una buena noticia: la segunda edición, por parte de Debate, de Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad del israelita Yuval Noah Harari. Que no es ni un libro sólo de historia y prehistoria, ni un libro de ciencias naturales, sino el ensayo de un descreído muy bien formado e informado con un singular toque de ironía y de ácido sentido del humor.

Terminada ya la eterna guerra entre evolucionistas y creacionistas, ahora mismo la gran pregunta a la que nos llevan los datos que poseemos sobre la estructura del universo y sobre nuestro propio, pequeño y breve pasado en él es exactamente esa: ¿qué es el hombre, qué hace aquí y dónde va, si es que va a alguna parte? Una pregunta que admite muchas respuestas, pero que desde luego no puede prescindir de las premisas, materialistas sin duda pero muy divertidas de leer sin piedad, que Harari desarrolla.

¿Homo sapiens sapiens? Sí, pero realmente hace muy poco en el contexto de la historia de la Tiera, y además hasta hace poco no solo. Este mamífero social no ha sido hasta hace poco, y Atapuerca está ahí para sembrar más dudas e inquietudes, la única especie de hombre sobre la faz del planeta. Además de nacer, crecer y cambiar, los humanos hemos cambiado de arriba abajo la Tierra, porque primero la revolución cognitiva, luego la agrícola y después da industrial y científica, con sus horizontes actuales llegando a la misma naturaleza humana, nada es como fue, y al eterno cambio de las cosas propio de la naturaleza se ha añadido la serie de sobresaltos que nosotros hemos aportado al resto de la vida terrestre.

Harari, incisivo, niega que sean nuestra sociabilidad o nuestra riqueza genética las que nos distingan de nuestros vecinos de otros géneros y especies. En esto es particularmente humorístico viendo las creencias de otros materialistas de ayer y de hoy en esos y otros sentidos. Según el autor, y lo explica desde el principio hasta hoy, lo que ha dado la posesión de la Tierra a los humanos es precisamente la capacidad de cooperar cambiando, de adaptarse a los cambios y de hacerlo a la vez generando más cambios, y la sorprendente capacidad de crear ficciones y de vivir como si tales ficciones fuesen realidades y de construir casi sobre la nada. Un ejemplo de este arma sería, cómo no, como la propiedad, el dinero. ¿Qué otra especie es capaz de dar un trocito de papel a cambio de una tonelada de ricos cereales, y a la vez de cambiar medio mundo para llevar el cultivo de ese cereal, si parecía conveniente aunque no lo fuese, de un lado a otro?

Somos comunidades, somos flexibles, somos libres, somos cambiantes, aunque seguramente no en lo nuclear si en algún momento somos capaces de definirlo… o quizás sí. Pero leer a Harari es agradable no sólo porque nos da una sonrisa inteligente en días de frío, no sólo porque nos propone dudas que cada uno ha de resolver si piensa en el sentido de su existencia dentro de esta comunidad de siglos, y de milenios, sino porque lleva en sí mismo una cura de humildad para el lector y para todos los humanos. Sí, somos inteligentes; y no, no somos ni iguales, ni perfectos. Y si no somos simples células sueltas, ni panales de abejas, tampoco somos dioses. O al menos no dioses trascendentes; no aún. ¿Buscaba usted una buena novela para Pascua? En este libro de historia y ciencia tiene todo eso y mucho más.