| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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García-Page, con una vela a Podemos y otra al PSOE.
García-Page, con una vela a Podemos y otra al PSOE.

Las tragaderas de García-Page con sus socios podemitas sacuden el PSOE

El barón socialista es uno de los más críticos con un pacto entre Sánchez y Podemos. Pero en Castilla-La Mancha se ha plegado a sus exigencias contra la Iglesia y la escuela concertada.

| Benjamín López Opinión

Muchos se preguntan si hay alguien en el PSOE dispuesto a frenar un pacto de Pedro Sánchez con Podemos. Es evidente que hay voces cualificadas en contra pero también está bastante claro que no tienen autoridad moral para pedirlo. El caso más notorio es el del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que con la mano derecha se opone a la alianza de Sánchez con Iglesias y con la izquierda firma un acuerdo con Podemos en su Comunidad para que le apruebe los presupuestos. ¡Y qué acuerdo!

El socialista no ha tenido reparos en asumir recortes a la escuela concertada y en pedir la supresión del Concordato con la Santa Sede. Esto último es el Guadiana de la izquierda; aparece en momentos puntuales señalados, como negociaciones y programas electorales, y desaparece poco después hasta nueva ocasión. Sin duda, los acuerdos en vigor con el Vaticano son uno de los asuntos que más preocupan a los castellano-manchegos. En Toledo, en Albacete, en Ciudad Real, en Cuenca o en Guadalajara no se habla de otra cosa.

Perdonen la ironía, pero es que con la que está cayendo sacar este asunto a la palestra parece un chiste. Cada vez que hay dificultades la izquierda tira del mismo manual de siempre donde aparecen sus fobias. Page, puedo apostar por ello, no tiene el más mínimo interés en acabar con el Concordato, pero se pliega a las exigencias de sus socios, los populistas de Podemos, que con solo dos escaños le tienen cogido por la bragueta. Y eso que no forman parte del Gobierno. Por esta misma regla de tres, imaginemos la música que haría bailar Pablo Iglesias a Pedro Sánchez si, ademas de prestarle sus votos, tuviera en sus manos la Vicepresidencia del Gobierno y varios ministerios. Pedro sería la doña Rogelia de Pablo, una marioneta jugando con España entre sus manos.

Page tampoco tiene nada en contra de la escuela concertada. ¡Cómo lo va a tener si lleva a sus hijos a un colegio de este tipo, religioso para más señas! Pero de nuevo asume las fobias de Podemos, una formación leninista que, como tal, cree muy poco en la libertad en general y en la libertad religiosa y educativa en particular. El presupuesto que han pactado los socialistas y los populistas refleja el compromiso de "reducir progresivamente la financiación concertada y garantizar la disponibilidad de plazas de educación pública". Y todo por mero sectarismo de los chicos de Iglesias que quieren imponer su ideología a los demás.

Este capítulo de gasto es de los poquísimos que bajan. Los presupuestos de la Comunidad pactados suponen un incremento de gasto del 2,6% respecto a los de 2015, con un total de 8.420 millones de euros. O los ingresos aumentan de forma milagrosa o el déficit, que ya este año va a ser muy superior a la exigencia del 0,7%, se va a disparar de manera incontrolada.

Pero esto es lo que hay. Y es peor lo que viene por que Castilla-La Mancha no es más que un tenue reflejo de lo que podría ser un Gobierno a escala nacional con Sánchez e Iglesias. Tenue porque el líder 'podemita' tendría mucho más poder que los socios de Page y porque unos y otros estarían además sometidos a las exigencias de los independentistas a los que van a necesitar, salvo que Albert Rivera se vuelva loco en el último momento y decida abstenerse ante un pacto PSOE-Podemos. Así que todas esas fobias de la izquierda radical -anticlericalismo, persecución a la escuela concertada, etc- saldrían a la luz multiplicadas por dos o por tres. Y media España, por lo menos media, nos íbamos a enterar de lo que vale un peine.