| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Gaspar Zarrías no quiso declarar ante un "simple" juez de instrucción.
Gaspar Zarrías no quiso declarar ante un "simple" juez de instrucción.

El PSOE usa el Senado para encubrir la fechoría de tres exaltos cargos andaluces

Qué casualidad que los socialistas defendieran en la Cámara Alta una moción para eliminar el aforamiento horas antes de que Gaspar Zarrías y dos exconsejeros andaluces hicieran el paseíllo.

| Ana Isabel Martín España

El virrey Gaspar Zarrías y otros dos exaltos cargos de la Junta de Andalucía han echado por tierra en cuestión de minutos la última operación de imagen del PSOE de Pedro Sánchez como azote de los corruptos, él que hasta hace no mucho estaba dispuesto a mantener al exlíder de los socialistas gallegos pese a su doble imputación por diez delitos.

Los socialistas andaban este miércoles frotándose las manos con lo bien que les había salido el martes por la tarde la jugada de presentar y votar en el Pleno del Senado una moción para la supresión del aforamiento de diputados, senadores y parlamentarios autonómicos. Una en la que decían: "El aforamiento constituye una excepción al principio de igualdad ante la ley (...). La ciudadanía percibe esta institución como un privilegio innecesario". 

La moción, como sabían de antemano, no salió adelante porque fue rechazada con los votos del PP, pero eso era lo de menos. Lo que importaba es que sirviera para evidenciar la soledad de los populares -el resto de grupos votó a favor- y para retratar a Rita Barberá votando "no". Con ello los socialistas ya tenían el titular, el que el portavoz del PSOE en el Senado, Óscar López, se apresuró a pregonar en Twitter:

Qué mejor forma que ésta para desviar la atención justo en pleno desfile de exaforados por el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, que tuvo su punto culmen el 16 de marzo con la comparecencia de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

Pero hete aquí que, sólo unas horas después del titular rimbombante que consiguió el PSOE en el Senado, el exvicepresidente de la Junta Gaspar Zarrías y los exconsejeros andaluces Carmen Martínez Aguayo y Antonio Ávila arruinaron la maniobra de su partido.

Lo hicieron negándose a declarar ante el magistrado Álvaro Martín gracias a que un día tuvieron el privilegio de ser aforados. Zarrías por ser diputado nacional, un cargo que antaño se resistió a renunciar junto a su inseparable Manuel Chaves precisamente para que su caso se quedara en el Tribunal Supremo

Así pues, el pretexto empleado fue que como en 2015 Zarrías ya declaró ante el Tribunal Supremo y Martínez Aguayo y Ávila ante el Tribunal Superiior de Justicia de Andalucía, este miércoles no tenían por qué volver a hacerlo ante un simple juez de instrucción.

Diez minutos le bastaron

El exvicepresidente de la Junta andaluza estuvo ante el magistrado por espacio de apenas diez minutos, negándose a contestar las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción y de la acusación popular, ejercida por el PP. No obstante su abogado ya había advertido previamente en un escrito enviado al jugado de que su cliente no declararía porque supondría "un perjuicio injusto e innecesario" en el contexto de "unas diligencias penales enormemente mediatizadas y contaminadas por una repercusión pública desproporcionada".

Ellos tres no son los primeros exaforados del caso que se siguen beneficiando de ello a pesar de que ya no lo son. Hace dos semanas también Chaves y Griñán se negaron a declarar ante el juez con idénticos argumentos. Y mientras el PSOE presentando mociones en el Senado en contra del aforamiento y afirmando, como afirmó el martes en su defensa el socialista Antonio Julián Rodríguez:

"Señorías, el fuero procesal implica alterar las reglas de la competencia judicial. El aforamiento supone que existan dos clases de ciudadanos: los normales y los anómalos, o sea, los políticos, y esto no puede ser  así. Ante la ley, aunque algunos no lo quieran, todos los ciudadanos somos iguales. Ante la ley, señorías, aunque algunos no lo quieran, no caben privilegios; ante la ley, aunque algunos no lo quieran, nos regimos por la misma justicia y una única justicia. Ante la ley, aunque algunos no lo quieran, debemos presentarnos sin privilegios, sin superiores y sin afortunados, porque la ley debe ser inexorable".