Vuelve el "made in Fraga" de la mano de Rajoy al PP

Con estas elecciones se abre un nuevo capítulo en la historia política de España. Al menos, eso se repite desde hace tiempo, sobre todo desde los sectores más afines a las fuerzas emergentes. El mapa del bipartidismo, tal como se ha conocido hasta ahora, parece despedirse. Se va a abrir paso lo que se ha bautizado como nueva política. Veremos si al final se produce el vuelco o asistimos a la consolidación de un nuevo partido “bisagra” (esta vez no nacionalista) que complementa a una u otra de las fuerzas que se han ido alternando en el poder en España cuando no han conseguido la victoria por mayoría absoluta.

 Las casualidades marcan el inicio de la campaña. La pegada de carteles coincide con el macrosondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas. Sus datos consolidan al PP como la fuerza preferida por los españoles, aunque el partido de Albert Rivera crezca hasta el punto de disputarle ya al PSOE la segunda plaza de la carrera electoral. Estos próximos días veremos hasta dónde le lleva su avance. Hoy, de seguir las preferencias confesadas al CIS por los electores, para arrebatarle La Moncloa a Mariano Rajoy deberían ponerse de acuerdo al menos tres líderes políticos tan distintos y distantes como Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

El CIS consolida al PP y Ciudadanos ya es capaz de disputarle al PSOE la segunda plaza

 No veo, sinceramente, al candidato de Ciudadanos fotografiándose junto a ministros de Podemos por mucho que les una el deseo (confesado) de regenerar la política española sustituyendo a los partidos de siempre. Diferente sería si el crecimiento de C’s le llevase a ser la segunda fuerza con más escaños en el Congreso, tan cerca del Partido Popular que pudiese formar Gobierno con el apoyo de los diputados socialistas. En ese caso, la ambición del partido naranja, y además nunca la ha escondido, es gobernar. Pero lo más factible sería encontrarse con un pacto de “mayoría natural” entre PP y Ciudadanos que permita culminar sin sobresaltos la labor de recuperación económica que vivimos y al mismo tiempo emprender el proceso de renovación institucional y modernización que necesita el centro derecha.

El inicio de la campaña también se une al pistoletazo de salida de los actos conmemorativos del 37º aniversario de nuestra Constitución, una Carta Magna que igualmente se la juega, "amenazada" por el separatismo desde Cataluña y también por partidos, algunos con opciones como Podemos, que anuncian su intención de “asaltar el cielo” para iniciar un nuevo periodo constituyente. Por más que, en aras de no asustar al votante moderado de izquierda -que no desea revoluciones ni por asomo-, los morados de Iglesias (y sus satélites) maticen estos días los mensajes rupturistas. 

Se pone de moda la campaña "made in Fraga" pero ahora sin corbata.

Esta será la campaña (eso destacan desde los cuarteles generales de los partidos) con menos grandes actos públicos. Los mítines parecen ser sustituidos por videos virales, himnos digitalizados y estilizados e iniciativas destinadas a “romper” las redes sociales. Por más que el protagonismo, de momento, haya estado en los platós, en los debates sobre los debates y en la multiplicación de líderes transformados en personas de carne y hueso para consumo de la prensa, la radio y la televisión. Curioso, por ejemplo, que el PP vuelva a sus orígenes: se pone de moda la campaña made in Fraga. Es  decir, los paseos maratonianos por pueblos y  calles de ciudades medianas. La partida de dominó, la charla con los vecinos en el parque... en verdad, los actos electorales de toda la vida. Pero, por supuesto, ahora con candidatos sin corbata. Los aires de la “nueva política” son imparables.r

Artículo publicado en La Razón.